no estoy "en la palmera",
sino en la acacia
Arlt
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1
El filósofo va a la placita junto al río
fuma uno y se pregunta: ¿cuál tira más?
2
¿Cuál tira más, en verdad?
Todo depende del punto de vista.
Yo, en Pompeya,
dos meses que viví en Pompeya
conocí a Natalia, la frutera.
Todavía no siente, se fuma otro y otro.
Enseguida empieza a sentir
a sentir como un descosido.
A Natalia no en Pompeya,
sino en Devoto. Estudiaba teatro, estaba fuerte.
La tira de contacto
se la encargué al coreano de la casa de fotografía.
Le saqué fotos a una chica que había en el tren.
Cadáveres, había.
Un sábado al alba
en el tren había cadáveres.
Ahora cadáveres no hay más.
En la tele unos chicos sostienen un cartel que dice
Lucía, fuiste.
¿Tirará, la tira?
¿O tira más Yunta?
El filósofo
volviendo siempre a lo mismo
en la interminable cadena propia de ese paisaje
piensa:
¿Y Yunta?
Pasa la frutera, tiene cara
de aldeana del Tívoli,
pero es porteña como un turrón.
El filósofo se levanta y decide
ir al centro,
a donde fraguan el pensamiento.
El centro mismo del pensamiento.
La pampa,
tomarse como Juan algo bien fuerte
en medio de la soledad de la pampa
o hacer una y otra vez a pie
el recorrido hasta Huracán.
3
Ni los sueños más elementales.
El filósofo recuerda.
Pero después fui a Río, a ver la guerra.
Fuimos cuatro, cuatro colgados de la pila.
En el puesto 9 de Ipanema estaba José.
Era igual a Paulo Silas y como él
era atleta de cristo.
Ahí, el sida no existe.
El Tano hacía jodas del tipo:
"mirá que gauchito ése
para colgarlo del espejo del auto".
O también: "Juega con ocho".
Te llueve, te llueve.
A las chicas las invitábamos a Búzios,
después fuimos nosotros.
Estaba Carolina,
la más puta de las tropas de Martínez.
Uno que decía ser fugado de Trelew
y primo del Che la vendía barata.
Yo escuchaba Zeppelin todo el día
en la parada de Chico en Tartaruga.
¿Quién carajo mandó achicharrarme
doce horas bajo el sol?
¿Descansar de qué?
Uno con cara de cheguevara
haciendo plancha y la mujer
blanca bajo una sombrilla roja que dice hollywood
cerca del quincho donde yo estoy,
escucho Bang-bang.
Lleno de pasta para el sol
la arena pegada en la cara
pienso todo el tiempo en Sandra.
4
Yo tan verdulero no soy.
Me gustan también la Lepra el Negro el Rojo
el Marrón el Cuervo el Bicho Chaca y Chicago.
Y Boca el Manya el Bolso el Tate
el Grana el Tripero y el Fla.
River no, ni Racin, pobre. Vélez tampoco, no esiste,
como el Verde y el Quemero.
Juegan al pool
cerveza en mano
la cabeza estudia
los ojos y el taco al acecho
algunas novias en un rincón.
Al filósofo lo revientan los recuerdos. Ponerse bien.
Al final, gestos mucho más intrascendentes,
la remera dice apenas Búzios.
La dentadura perfecta, insisto, con que ríe
Ruth Infarinato en la televisión.
La corteza de los ojos del Tanito
roja por la luz.
El verso cabezas por canal trece.
Arrancan cabezas.
Mi cabeza
cada vez se la traga mi corazón.
Valsecitos peruanos en el walkman
lonpanta verde guerra
medias adidas de la selección.
Yunta yunta yunta
güevo güevo güevo.
5
El filósofo ve.
Qué terrible, mogólicos trabajan en macdónals,
señoras de mi edad almuerzan aburridas con la hija,
la chica en la calesita del Mac da giros muy pequeños,
¿no se marea?
La señora tiene menos
menos de veinte
pasa la coca de un vaso a otro y se la lleva para ahorrar.
Ríe ahora el filósofo, ríe Suaiter Victorica
ríe y ríe Rrrrrrrrrimbaud.
El filósofo en la placita del río pregunta:
¿tira más que yunta?
¿empolla huevos?
Rrrrrrrrevolcao en el barro
el filósofo merengue se pregunta o grita:
¡¿Rrrrrrrrrima Rimbó?!
¿Rimba lo quebró a Franco?
¿O Sandy?
¿Fue Yunta o quién?
Oxidarse o reventar:
lo rosarino somo así.
Dios es histérico.
Se armó uno así de grande
y se puso a fumar y a pensar.
Piensa y piensa el filósofo.
Yo conocí a Cris,
era la prima de Sandra.
Medio raro todo, Spinetta.
El filósofo, Roberto Casazza, descuida la sintaxis y la propiedad.
Las esperanzas eran otras, acá.
Una vez discutimos con Sandra
qué decía la canción de Iggy Pop.
Fruta, mandaba ella,
quería ser traductora de inglés
como Laura, Laura, Laura,
Vale, Mene y tantas otras.
El filósofo, Roberto Casazza, el filósofo de Vicente López
se impone hablar de Sandra como si hablara de la guerra,
hablar de Sandra como de un escritor.
6
Mi primo tocaba el bajo en una banda
y tenían una canción.
Yo entendía me cojí una mosca,
me parecía mucho más gracioso.
Cómo los blandos se endurecen,
cómo los duros reblandecen,
el filósofo se admira, se admira.
Y, uno de mis sueños, sin duda
está muy cerca de bailar Forever
con Silvina, una chica de antes.
Ahora se casó.
Es como una interioridad grosera.
Un buen pensamiento es uno
donde la mente es una flor.
Mi amigo Fósforo
toca el bajo y pone carteles
incomprensibles en las calles de la Chaca.
¿Y el caso Méndez?
Ese muchacho que fue detenido
y filmado por canal 9
porque Palmiero y Palomita querían atención.
Era falso, todo.
¿Te das cuenta cómo funciona?
No hay respeto,
te llueve, te llueve.
¿Y?
Las cosas que piensa el filósofo,
piensa el filósofo,
piensa el filósofo Roberto Casazza, de Vicente López.
Lo que los médicos se volvieron
cuando supieron lo que le pasaba
al pobre loco Méndez
un tipo del bajo, el típico hippie sería
si no fuera por algunos rasgos,
putos,
se volvieron.
¿Y Yunta?
Lo tranfirieron, le cortaron el pelo, quedó bueye.
Blas Armando dijo:
los pibes son inocentes.
Y así es así fue
un canal de televisión
se hizo cargo de las banderas.
Los pibes fueron son y serán inocentes.
En cambio Racin, pobre Racin.
Una caterva de viejos decadentes
canta en plaza de mayo somos de la gloriosa
juventud argentina, la que hizo el cordobazo.
Yo paro y me saludo.
En cambio tres pibitas y un rulo que va con ellas
fueron a saltar y a escuchar a los Cadillacs.
Sos un forro de la villa.
¿Cuál de los cuatro tiene las piernas más lindas,
de atrás?
En la video miro una película italiana, en la mesa familiar
el padre despotrica, el tío le toca el culo a la criada
y el protagonista come en silencio, los ojos sobre el plato.
Los obreros hacen el asado, toman vino.
Buscador de vertientes,
gracia por el vino,
gracia por San Juan.
Alguna vez sentiste una debilidad total.
Son buenas las que te hacen llorar, llorar
es un efecto, es como el esfuerzo, en este caso,
de un padre por ser padre.
Soñé que mataban a Cassese
(Casís le decían los yanquis
y usaba la diez).
Sueño todos los días con Laura.
Nadie te trata como a un chico sensible
salvo que estés muy,
muy enfermo.
La salud es lo más importante,
la salud y la forma.
Después el filósofo, entre las definiciones de lo propio
incluyó una lista donde diferenciaba
la línea coca y la línea Pepsi.
Nosotros sólo trabajamos
la línea pepsi, la línea pepsi.
Pensaba enojado, ya.
Parecen blandas las palabras
del indiscreto, pero llegan a los secretos del vientre.
7
La cabeza del filósofo suena.
Suena y la bailan los hermanos Llach.
Giran como si hubiera una hoguera
cuyo calor sube hasta el sitio donde miran los padres.
Todos han bebido, los caníbales:
tinto el Ortega,
blanco y shampán el Negro,
shampán y cerveza el Wálter y el Adrián.
Como tendencia universal el amor lo acepta todo,
hasta lo más deforme,
siempre que lo trituren y lo condimenten.
Pero eso se esfuma, también.
Y quedan el ritmo, la forma.
Quieren que los quemen y los adoren.
Atrás Jaime y Salerno hacen girar el dedo índice
sobre la superficie de sus Yohnny.
Discuten una expresión alemana:
cocinar la sangre.
Jóvenes de más de veinte juegan carreras de caballo
en el hipódromo de Palermo, se casa la prima.
Los amigos de Adrián tiran botellas
a la casa de al lado.
La alegría es putañera.
Suba al árbol que está amaneciendo,
suavemente la hoja tiresé.
Verano del 92: no había ni en la villa.
Roberto Casazza descubre
que sus ilusiones son fascistas.
El tipo, que era un bravo,
tenía un sueño.
Su sueño era bailar el lento de Alphaville.
No sabe cómo hacer con la bronca del lugar.
Estoy tan seco de amor, piensa,
que no la puedo creer.
Ahora sueño,
sueño cosas raras.
Finalmente Roby delira. Las malvinas son inglesas,
pela conclusiones. Y esta vez
el hilo se pierde.
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