En esta sección se reproducen poemas en sus diferentes formatos y soportes. Se trata de un archivo de textos, voces, videos, performances.
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Umbra
Poemas: Gilda Di Crosta
Diseño visual y sonoro: Daniel García
Voces: Daniel García y Gilda Di Crosta
Año: 2020
Duración: 12' 49''
Umbra (2012) es el libro que se despliega en este trabajo visual y sonoro de Daniel Garcia: un libro de 22 poemas en los que Gilda Di Crosta rodeó la noche como una materia, una atmósfera pero también una temporalidad afectada por la muerte. Algunos son, como es habitual en la poesía de Di Crosta, piezas brevísimas, de tres o cuatro versos; ninguno sobrepasa la extensión de la página.
Uno a uno los poemas se van engarzando no como piezas sucesivas sino como variaciones desplazadas de la tensión nocturna que, incluso, hace posible la fusión o la disolución:
soy noche
estoy noche
caí –en mi noche.
Como si se atendiese a pequeños sitios en los que el agua se estanca o un accidente geográfico produce reverberaciones, saltos. Un dramatismo templado aún cuando el abismo, el temor sean el ámbito en el que aparecen. Ahí también, en esos pequeños movimientos, la pregunta que insiste:
¿te han encerrado de noche?
¿te han ocultado la noche?
¿la pregunta precede a la pregunta?
El trabajo de Daniel García elige una superficie oscura, casi sin intermitencias, para que la voz (su voz, en la mayoría de los casos) traiga el poema. Sobre el negro (de la noche) la voz. El único sonido que se escucha (casi inaudible) es algo parecido al rasguido de una púa de tocadiscos sobre el vinilo o la pasta. Porque el silencio absoluto no es posible y esos diminutos ruidos, además, nos permiten hacer pie a la vez que instalan la voz en una zona diferencial.
Todo es oscuridad: el fondo negro también, desde el principio parece arrojar una falla, como un rasguño de celuloide o una mancha sobre esa superficie. El efecto que produce es el del esfuerzo del ojo para adivinar algunos colores que relumbran, un fragmento de algo texturado, plegado. La elección de la oscuridad no es una resolución metafórica porque permite que la voz nítida de Daniel García, que en un momento empalma con la de Gilda Di Crosta, encuentre cierta resistencia, nos sumerja en el estado vital de los poemas.
La oscuridad se abre cuando aparece la voz sola de Gilda Di Crosta (en cuatro poemas): ahí aparece una habitación, aunque el color rojo, algo de humo, los morados mantengan la atmósfera del sueño, es decir, de la difícil vigilia. El poema final, en la voz de Daniel García, es una despedida amorosa, en tanto recoge aquello que viene desde la infancia: “Duerme, duerme/ que ya es de noche”.
La recámara del presente, la del pasado: la de infancia. En ese espacio se despliega el dramatismo de Umbra. Y ya lo sabemos, todo espacio acotado, interior circunscribe sus límites para multiplicarse al infinito. Sostener un orden riguroso para desplegar su expansión desde adentro es la estrategia del barroco, sus volutas o repeticiones enmascaran las fronteras exteriores, multiplican las interiores. También el video de Daniel García construye una recámara, un interior. Es un interior enmarcado, negro, pero no vacío: es el espacio de aparición de la voz (las voces) y los poemas de Umbra hablan de la noche, el insomnio, la muerte y los infinitos pliegues, reducciones, proyecciones, que la palabra puede abrir allí.
y los sueños sueñan palabras
y las palabras sueñan palabras
y las palabras sueñan ser palabras
Las voces también se pliegan, apenas. La voz de García va abriendo con lentitud las palabras, nítidamente, como si las sacara de una caja guardada. Las pronuncia sin titubeos, sin errores, cada sílaba cae con su respiración correcta. Los poemas no se ajustan a una métrica fija, pero sí a un ritmo fuerte, presente, y como de inmersión. Hay muchos poemas no dichos en ellos, puede recordarse por ejemplo, aquél “Deténte, sombra de mi bien esquivo”, de Sor Juana Inés de la Cruz, en el que el cuerpo y la mente de la poeta eran ellos mismos la recámara que atrapaba la imagen del amor en fuga: “Si al imán de tus gracias atractivo/ sirve mi pecho de obediente acero”… “poco importa burlar brazos y pecho si te labra prisión mi fantasía”. En la habitación ciega de Umbra (la habitación del video y la del poema) también advienen las palabras, con la pesadez y consistencia de lo imaginario.
Selección de Umbra y otros poemas de marzo (Córdoba, Alción, 2012)
el abismo abierto
–oscuro goya–
murmura de miedo
en miedo y de tanto
madruga en diagonal
la noche inadecuada
cielo helado
cielo barro
sin lobos
cielo incrustado
antes de la palabra
***
medusa oscura y la transparencia
de cuánto miedo
nada en mi cielo
hace espuma-bruma de muerte
decapitada
multiplicada
en el borde de mi palabra
babea tinta-bruma de pasados
medusa absoluta
de cuánto tiempo
soy noche
estoy noche
caí –en mi noche
***
bate a punto noche
luz de fotos
grumos de aire
con aire y aire
de fantasma que espesa
bate a punto noche
a punto muerte
grumos de aire
sin tregua
***
en el extremo de la infancia
hay miedo: el diablillo
te amarra los tobillos
duerme duerme
que ya es de noche
duerme con vestido
el bosque cercado
***
y los sueños sueñan palabras
y las palabras sueñan palabras
y las palabras sueñan ser palabras
palabras de sueño
sueños de palabras
palabras que van de sueño en sueño
y hacen amistad callada
con la noche más callada
y las palabras quieren un lugar
y no hacen nada
y érase una vez un sueño
de palabras y palabras de sueños
de la noche apalabrada
Gilda Di Crosta (Capitán Bermúdez 1966- Rosario 2019)
Poeta, profesora en letras, correctora editorial y dibujante ocasional. Ha colaborado en diversos medios (diario La Capital, revista Nueve Perros, Diario de Poesía y Anuario. Registro sobre las Artes Visuales en Rosario). En 2011, recibió la beca de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario para la producción artística.
Editó, en colaboración con Osvaldo Aguirre, El habla de una experiencia. XVIII Festival Internacional de Poesía de Rosario (Ediciones UNL, Santa Fe, 2011) y Setecientosmonos. Antología (Santiago Arcos Editor, Buenos Aires, 2012).
Publicó los libros de poesía Hueco reverso (Huesos de Jibia, Buenos Aires, 2009), Umbra y otros poemas de marzo (Alción, Córdoba, 2012), Casi boyitas (con dibujos de Daniel García; Yo soy Gilda, Rosario, 2012), Amarino (Rosario, Ivan Rosado, 2017) y Algunas flores, junto a Daniel García (Rosario: Ivan Rosado, 2020). Integra la antología electrónica Código urbano. Una muestra de la nueva poesía rosarina (poesiaargentina.com, 2013).
Caja de resonancia ha publicado trabajos conjuntos de Gilda di Crosta y Daniel García: ver AQUÍ
Actualización: 23/ 02/ 2021
Presentación y edición: Irina Garbatzky y Ana Porrúa