Fernando Molle nació
en Buenos Aires en mayo de 1968. Estudió música,
cine y filosofía. Algunos de sus relatos y poemas fueron
publicados en revistas (todas desaparecidas). Participó
en la 2º Bienal de Arte Joven en 1991. Integró la
antología Poesía en la Fisura (Ediciones
del Dock, 1995). "El Despertador y El Sordo" es su primer
libro.
UNA POETICA DEL CHASCO
Y TRES HIPOTESIS
Una primera hipótesis: Gran parte de la poesía y el arte contemporáneo -quizás los más representativo- se caracteriza por su particular percepción de lo monstruoso como hecho cotidiano, como mundo enajenado, como costumbre.
Una segunda hipótesis: Esa percepción produce una poesía, un arte, que asimila dicha distorsión y la devuelve multiplicada; un arte artero, astuto, que encuentra en lo cómico la respuesta más eficaz. Por eso la parodia, la caricatura, el grotesco, al absurdo, lo bufonesco, entre el horror y la risa, entre el despertador y el sordo.
Una tercera hipótesis: Este libro de Fernando Molle, su poesía, pertenece a esa corriente; en su caso, se trata de una poética del chasco: esta sería su particularidad dentro del marco general. Molle suministra ininterrumpidamente información, como si dijéramos noticias del día, destacando su presunta importancia con tono de off de record y hasta con mayúsculas de alarma. Molle atiende a ese su juego, impasible, satura ese espacio y logra así, paradojalmente, (esa es la hazaña de su escritura) hacer visible el hueco, el vacío.
Leónidas Lamborghini
Fernando Molle
El Despertador y El Sordo
El despertador
Paredón para Adalberto
Paredón paredón para Adalberto
por negarse a casar a los enanos.
(Que todos los gendarmes
hagan otras changas
no quita que no puedan fusilarlo).
Firme como pocos en su puesto
se acuerda de Fillol mientras prepara
la respuesta del último deseo
: dos por cuatro
: No hay pregunta.
Al sargento le viene la laguna
y salen bien las balas, los agujeros
para el cuerpo, para el queso de Adalberto.
No pudo renovar el tango
por negarse a casar a los enanos.
Grano en el kilómetro cero
El constitucionalista sanmartiniano
tiene un grano en la chota, es delgado.
¿Por qué no hablar constantemente
de este asunto en Montserrat?
Todos los convencionales hacen cola
con la excusa de consultas repentinas,
y despacio relojean el defecto
en los mingitorios del kilómetro cero.
Sacudamos y a votar la Carta Magna:
harto de las pullas, el del grano
se rebela a su bancada y traba todo:
en vez de izar el brazo y ser contado,
inunda de frutillas Canadá.
Cholo afuera del manual
Cholo afuera,
expulsado para siempre
de la suma de los siglos,
de la historia de los hombres.
Tras el codo, que lo niega
de todos los grabados,
la mano que reescribe los manuales.
Cholo ahora
ya no Nilo,
ya no milenario,
ya no causa o consecuencia,
o imponente arquitectura.
Cholo al margen de los pueblos,
sentado solo en la barra,
mira en la tele el partido,
no influyendo ahora en nada a los romanos.
La playa esta mañana
No porque lo quiera Rinaldi
la marea siempre vuelve a la playa esta mañana.
No parecen faltar granos de arena
y las olas rompen como el lunes.
Pasa la tonina.
Sale el sol contra Rinaldi.
De nuevo Arturo
Arturo sólo habla con la gente
de los bravos granaderos a caballo.
Es posible
que piense en otras cosas que no dice.
En el ‘94
nadie lo ha besado.
Ahí viene:
mirar para otro lado.
Los días de Ramírez
a Inés Ambrogio
Para Ramírez
son iguales
todos los días.
Cuando salen
de la escuela
todos pasan
y le pegan.
Porque Ramírez
lleva un conejo,
nunca se ríe.
En la cara,
en la boca,
en los ojos,
en los dientes:
cuando termina
la escuela,
todos pasan
y le pegan.
Todos los días
pasan los chicos,
los preceptores,
los profesores.
Todos los días
pasan los padres,
los familiares,
y el director.
Todos los días
son iguales
para Ramírez.
Porque Ramírez
lleva un conejo,
nunca se ríe.
Rolo
Mediodía.
El revólver,
la tribuna,
la cebita.
Los atletas
encorvados
en la pista.
Preparados,
listos:
Rolo nace.
Anahí
Después de masturbar a su tutor,
¿lo más lindo?
: limpiarse y merendar.
Y casi ya no juega en el Jardín,
porque siente todo el tiempo
que él la quiere.
¡Y es verdad!
Quinta Santuccione
BESUQUEO EN TRIBUNALES:
Condenaron de por vida a Santuccione
a picar la piedra pómez y a esperar.
La caída
Apunta para abajo
el dedo de Dios Padre:
dos ángeles caídos, invisibles, contra el suelo.
Roberto el encargado,
limpiando la vereda,
un domingo, sin saberlo, los baldea.
Lata
Aplausos
para Miriam
debajo
de las luces,
puesta
justo al lado
de la lata
de Coca
en el estrado.
Sonrisas
por Félix
que se agrega
formando
binomio
con la lata
en el estrado.
Serios
con Horacio
sumando
a la lata;
sorpresa,
Margarita,
en binomio
con la lata.
¿Y
Conrado?
que sube
debajo de la luces
y no suma a
la lata
y
Conrado
que se agrega
y
no queda
puesto
justo al lado de
la lata
y
Conrado
que no arroja
resultados
en la suma,
que no forma
binomio
en el estrado
: Sin aplausos
: Sin aplausos.
Goñi
Este viernes,
cuando Goñi,
reencarne en Alejandro,
¿se toma el 36 para la firma,
o se queda jugando a los soldados?
Mostrador medianera
Carlos
mira a Laura
y ve Carlos.
Laura
mira a Carlos
y ve Laura.
Romani
habla al público
y aplaude.
El público
aplaude
al público.
Jorge
se afeita
y ve Dardo.
Dardo
no mira
a Jorge.
Mira
a Maruca
y ve Laura.
El público
aplaude
al público.
Devolución del papagayo vacío
¿Y el abuelo?
Se muere en la Clínica Bancaria,
luciendo la remera negra con la calavera
que anteayer le trajo
su sobrino nieto heavy,
para seguir hablando de los radicales
con el pulmón sin perforar que le queda.
BLOODY MEGADEATH
dice en la remera,
en letras góticas multicolores,
debajo de la calavera
que fuma y que sonríe;
debajo de la remera
vuelve a toser el abuelo.
Los residentes le miran el pecho,
y opinan de música cruda,
a pasos de las piernas de las enfermeras
que tienen nietos en la edad del pavo.
En cualquier momento lo bajan a Yrigoyen
dice durante cinco semanas.
Después devuelve intacto el papagayo,
y muere dormido en los brazos de Alejandra.
Entrada para Mario
Todas pero todas las butacas ocupadas
para el V Congreso Sobre Mario.
Imposible caballero,
hablar con propiedad del mismo sin entrada.
Los revendedores prosperaron en la puerta,
y corren a las sastrerías, discutiendo
a los gritos la influencia de los medios,
para renovar por fin sus guardarropas.
Con las pilas confirmadas,
se inician las ponencias:
Buenas noches dice Néstor Astarita,
delante de Mario enorme y plano,
ocupando la pared fuera de foco,
hasta corregir el proyector del Instituto,
mientras sastres armenios, con la tiza,
concentrados como el jugo de los micros,
dibujan ambos sobre los cachos de tela
de los revendedores aislados en su espejo.
Van a terminar borrachos, de etiqueta,
vomitando en sus palieres compartidos,
ante los alaridos
de sus concubinas,
mencionados en las circulares de consorcio.
¡Qué distintos suenan
en el ojo de pescado
de la mirilla de sus vecinos catamarqueños!
Lluvia delgada de los Hércules
CONFIRMADO:
llueven capocómicos del cielo, Comandante.
Bajan en paracaídas naranjas de los Hércules
del Sindicato de Artistas de Variedades,
que los trajo de los Institutos de rebaja de panza
(cerca de la Antártida Peruana),
donde no comieron nada cuatro meses.
Tanta seriedad por perforar
hacia atrás y hacia atrás los cinturones
impide la alegría de la gente que no vino:
Nicho de los ojos saltones de la risa mortífera
confiada en el propio vientre enorme piensa Polo.
Por eso tirarse de los Hércules,
desarmar paracaídas,
y entrar en los subtes,
y tocar charango y soplar moviendo el sikus
para que los pasajeros corroboren el color de su calzado.
Por eso las monedas insertas en las gorras
no suman los kilos necesarios
para aumentar el cuerpo de
los capocómicos tocando
para la risa de la gente que no vino.
El Sordo
Hacia los kioscos
Y vamos a aceitarnos y a entrenar a los kioscos,
adonde el canillita
exhibe sin destreza las revistas de forzudos.
Tomados de la mano a las poleas,
las pesas en color cerca del póster de nosotros;
en franco culturismo,
vamos a aceitarnos y a entrenar entre los diarios,
dice Molina, más robusto que hace un rato,
guiñando al camarógrafo alfeñique:
Somos ballenas humanistas
que reclaman su cachet por lo nadado.
Sara
Por la cantidad de arena en el piso
subirse al camello y recorrer el mapa.
Seguimos hasta la próxima duna.
Seguimos hasta la próxima duna.
Y qué bien nos quedan los turbantes
cuando los chistes de camellos terminan.
Al cuarto día, el quinto día.
Al quinto día, el quinto día.
Al sexto día, duna:
antes de tirar las cantimploras,
maracas por la negación de oasis,
surge el espejismo: Salaberry.
Seguimos hasta la próxima duna.
Los bolsos
¿Qué pitos toca Córdoba en Europa?
Tampoco saben Leo y Marité.
Veinte horas bandejita en el avión
para burros alfajores Angeloz.
Vuelta de París a casa en micro.
Extracción de la Caja de Ahorro
A ver si de una vez la ponemos y mojamos
en la Biblioteca del Sindicato del Seguro,
junto al documentalista acromegálico abrazado,
a los pinos de los Parques Nacionales,
en competencia fratricida con el géiser
piensa Cordero palmeando a Lorenzutti,
que gira caminando en la puerta,
rodeado de vidrios no polarizados,
a veinte metros de María Martha,
que hace un rulito con una birome
en una boleta de Caja de Ahorros
del Banco Cooperativo de Caseros.
Arrozamena reconvertido
¿Y qué caracho hacemos Chojo
con la cacareada reconversión laboral ‘95,
si todos los fanes de Rata Blanca son mortales
y se agolpan, peticionan y se besan
frente a los portones cuadriculados de las PyMEs,
para frenar el flujo de los capitales
e imprescindibles capitales extranjeros?
se pregunta Arrozamena (retórico) a Saccardi,
que llega en cualquier momento con el memorándum
para pinchar la globalidad del proyecto,
(y dejarlo no al palo,
buscando petróleo
en los limbos del Clarínclasificado),
porque tres subsecretarios ambidextros,
naturaleza muerta con sus escritorios,
revuelven y revuelven
y revuelven
Nescafé.
El favorito
Y cómo no tener la moral por el suelo,
si a Mercosur le dieron la salsa en Cancha Rayada,
por lo menos
eso dijo María.
¿Lo que suena es el portero?
Debe ser Neuquén con las cucardas.
¿Qué hacemos?
¿A quién condecoramos ahora?
Las galeras
Somos gordos y desnudos y remamos
maniatados al puente
de las galeras inmóviles:
vamos a tensar al infinito nuestros cuerpos
antes de que llegue Dequellegue.
Cuando trabajen los remos, bien hundidos
en el océano, el océano de portland,
cumplirán su cometido de avanzar en el cemento,
para que nosotros (¡por fin!) despedacemos,
cuando los tejidos no resistan horas extras.
Y seremos carnaza, seremos miscelánea,
figurando en el menú de los carritos.
Y no varemos más:
a mover el barco anclado desde siempre
en la banquina de la ruta de los bagres,
en el mapa inédito
de la brújula impotente;
antes de que llegue Dequellegue,
a tensar ahora en serio al infinito
nuestros gordos y desnudos y remamos.
Terminación del pesebre
Desprovisto de interés para el frenólogo coreano,
el pesebre viviente entra en la morgue,
para enfriar rencillas intestinas
y fijar roles, según dice Melchor.
Las cuatro cabras y el burro,
entran como caballos
ante el guardapolvo de
los no-docentes encorvados
a librar de paja las baldosas.
La Estrella de Belén, al entrar,
ilumina al elenco que se ubica y se enfría:
todos adentro de las heladeras que cerramos,
antes de empezar en la radio el partido.
Chascomús
a César Aira
A discriminar,
a discriminar,
cuando viene el Vasco,
a discriminar:
ESTO ES CHASCOMUS
Y ESTO NO LO ES
ESTO ES CHASCOMUS
Y ESTO NO LO ES
ESTO ES CHASCOMUS
Y ESTO NO LO ES
A Ramírez, con el Vasco,
aboyarle la galera,
hacerle la varita,
y entrar al negocio:
NADA POR AQUI
NADA POR ACA
NADA POR AQUI
NADA POR ACA
Queda capa que flamea
sobre góndolas vacías:
para vender, sólo los precios, en oferta.
Ex-bazar que cierra y es baldío y semillero
del nuevo Juvenil cuando Macaya muera.
Silencio.
APAGUEN
EL DESPERTADOR DEL SORDO
Silencio.
APAGUEN
EL DESPERTADOR DEL SORDO
APAGUEN EL DESPERTADOR DEL SORDO
Todos a la playa, cubilete,
por lo menos los que estaban en la misma.
¿Chorrea el Conogol sobre la lona?
Vuela el Vasco:
A TIRAR TODO DE NUEVO
Los dados, saltando de la mesa,
muerden el arena, extraviados
entre bocha novecientos argentinos
(mientras nadie ratifica al cubilete):
A TIRAR TODO DE NUEVO
viene el Vasco
rasante en la avioneta, con el ruido,
por el megáfono, gaviotas, el megáfono,
sobre las olas y heladeros agremiados,
sobre los pungas acodados en la rambla,
A TIRAR TODO DE NUEVO
vuela el Vasco
por el megáfono, gaviotas, el megáfono.
Para evitar diferencias con su cara,
el Vasco ya se afeita contra el suelo.
NUNCA
LO VI
SE CAGA DE RISA
CUANDO ME RIO DE MI
Todos con el agua hasta la medalla y pasando el chimichurri.
¿POR QUE MIERDA
PEGA TANTO LA BIRRA EN LA PILETA?
Nadie contesta, ni siquiera
la eminencia que resbala siempre al palo los domingos en el borde.
Cuando ya se hicieron los riñones,
viene la respuesta,
pasa un avión y caga en medio de la alberca.
Globos al fin quietos,
guirnaldas en el piso,
enfundan en ponchos los equipos los disc-jockeys.
¿Quién se queda en el salón vacío
cuando arranca la gilada en los remíes?
NOSOTROS: TODOS
LOS SERES
HUMANOS
Bajo el pasto,
todo el tiempo,
VERDES BAILAN
ROJOS HIERVEN
Bajo el pasto,
todo el tiempo,
HIERVEN BAILAN
ROJOS VERDES
Bajo el pasto,
todo el tiempo,
HIERVEN BAILAN
y se esconden.
|