II
La vendedora ya no piensa en el qué dirán.
Ahora ella es una persona que no piensa, lo decidió
anoche.
Una tormenta de polvo, sutil como la maicena
la dejó a punto de llorar.
-¡Hay que festejarlo!
Dice el tercer fantasma de su conciencia.
Su minifalda verde que son los piecitos de barro
del isologo de caldos Maggi
-Insignia de la Multinacional que se tensa entre sus tetas-.
Frávega podríamos tomar caldito,
hoy a la noche cuando el pibe caiga
en los brazos espirituales de Morfeo,
extremidades de reflejos de una vida fría y refleja,
chota, inverosímil, inculta.
Pero él debe dormir
dice mamita Marchetti, Frávega.
Debe pensar que los paisajes brutos son sueños
que ante la ponderación
se inflan.
-¿Pero vos sos medio futurista?-le dice Frávega.
-¿Por?-Dice Marchetti.
Silencio.
La quietud épica del cuerpo del pibe
nombra lo que nombra la primera
invoca los gatos, vive el paisaje sin pensar en recuperarlo.
-¿Qué más querés?
Un dormir niño simple,
que no se tumba como mama con Frávega,
Marchetti piensa en el muñeco de Frávega.
Se hace lo que se puede en la evocación del dormir,
se piensa en lo perdido hasta invocarlo
y hacerlo próximo
hacer próximo lo perdido
lo perdido próximamente perdido,
todo con entrecerrar los satélites ciegos
de un hijo único.
Como vos, que sos único e irrepetible,
en moverte y sudarme toda, con tus atavíos
termo -graciosos.
Cogés simpático.
Después del amor aburrido, él
prende un caño.
El niño piensa que soñar
es jugar con fuego
que no quema ni calienta
un fuego de luz de fuego,
un fuego que alumbra y crepita
nada más.
Que es el fuego que te prende a vos,
para que al lado de ella, te fumes
las ofertas del mes,
que dice
mamá necesita un televisor.
Vote Frávega.
La nena necesita un novio que la calme
Vote Frávega.
Dormir es como morir, dice el niño cuando se levanta
Y mamá tiene gusto a Frávega aún en la boca.
Ella le pega con obstinación educativa con un pijama que dice
No leas paredes, leé libros.
y de paso regaña:
-No digas nunca más eso, eh.
La turbulencia de los músculos.
Estás acomplejado, Frávega.
Es raro, yo acá, en esta pieza de vidrio y vos esperando
Una eximición del plástico que te informa.
(Frávega canta).
Acaso podría ser feliz si cantaras
una canción que no te gustase
O si tuviera un hijo venturoso.
No.
No.
No entendés que esta vida se termina
Y a cada instante se vuelve talco.
Y las máculas de la experiencia
Te secan los ojos
A la vez
Es futurista
Es onírica
Es una complejidad, es sentarsey pararse en
un mar de saliva, una gota de saliva
tuya es...
Dirán lo que dirán
Podrán pasar, motos
yo te venero...
Y así.
¿Basta loco, que te metiste?
Andá tomar aire a ver si se te entibia el jopo.
Aquel animal que me guió por las carreteras
de la sanación
cómo bardea ahora.
Que pone sus modos al servicio de una contradicción
reciente, ¿O no?.
-Tal cual.
Que es lo que sucede.
Que es lo que pasa loco consejero,
no hay posibilidad
de que florezcas aún en
la turbulencia de los músculos,
en el borbotear bordó de la sangre enamorada,
-Erótica-dice Frávega-erótica.
Muerta la conciencia que nos domina somos presos
de cualquier designio.
O ¿no?
-Lole, sólo el corazón escribe versos.
-Pero, no podés afrontar el amor desde otro
lado que no sea el del Romanticismo.
¿Qué te parece el neobarroso?
Mira que esta un poco acabado pero está bueno.
-Acaso te parece que puedo elegir que movimiento
guíe mi sentimiento verdadero hacia mi Beatriz,
la vendedora Marchetti.
-Esta bien que reconozcas que opera como una Beatriz
en tu existencia literaria, por eso mismo deberías
abordarla desde otro ángulo.
A vos te gusta Lord Byron.
-Sí.
-Bueno a mí también
-No se hable más.
-No estamos llegando a nada...
"Karma cama camaleón"
<Dark_Ass>piraste, te crees q sos
Citizen Kane
<Fravy>lo dijiste vos
|
Frávega ya tiene la formula única para esconderse
sabe los colores que necesita
para aparentar los distintos cambios
que nos hacen creer
que somos personas inmutables
ante el repertorio paisajístico
frávega.
Acaso se pueden descifrar un par
para demostrar
el modo de operar de la inteligencia-artística-frávega.
1-Nacionalismo.
el jopo se retroalimenta, levanta el dedo
para apuntar a las moscas
que tribulan al aire con su volar zizzzzeante.
Él se fotografía chiquito ante un blanco inmenso
porque es un insecto del hábitat blanco,
es uno como vos
o yo
o ese otro Charles Foster Kane.
Solo que él tiene el dominio del color.
Las letras celestes malforman la bandera argentina
porque amigos,
Frávega no cree en viejas ideas,
el cumple con los patrones cromáticos
por que él es obligatorio.
2-Voluble:
Hoy así mañana también pero pasado no
al ser un genio configurable
no es rígido a las formas
del verano o primavera.
El es tan rápido para ser amado que puede ser
su propio amante hombre o mujer
según el ánimo.
Ante los golpes Frávega crea
estrellitas blancas con puntas
celestes diminutas.
Unos cielos vacíos de blanco,
sutil, liviano, de la tierra.
Frávega aparece cuando se lo necesita solamente.
Frávega no desaparece nunca más.
3-Leé esto:
Votá Frávega.
4-Frávega quiere a todas las mamás.
Son mayoría las amas de casa,
Que se contonean bajo vestidos
floreados, flower power, fiorino naftera.
son flores perfumadas de pinoluz
que se golpean con mancebos imaginarios
por un deseo que llaman
la fealdad
de su interior,
ellas añoran el hábitat blanco.
Y Fravega le cambia el modelo,
las vuelve luciérnagas de casa quinta,
aman a Frávega, como ser de peluche,
como hijo ficticio de material muerto,
y lo respetan como argentino,
de espíritu multimedia.
Tendría que haber sido él
el director de Evita
Y no Alan Parker.
Tendría que haber él
rescatadola de la hoguera
y no el Lamghiborni, el Lambornighi,
ese.
Passante.
El pibe tiene 5 pesos en la mano.
Frávega le dio la plata para que mecanice.
Le dijo así:
-Yo te doy esto para que mecanices.
Él y un helado en el centro
de Bahía Blanca,
en la peatonal nueva
comprando bolitas.
Y un helado que se vuelve
a la vereda amarilla sucia que antes
decía gregory;
unos chicos de taller literario le agregaron con aerosol
O SAMSA...
Una tarde que parece más
a la película de la raulito
que un rato de shoping.
En el comienzo hay una lencería
que a él no le importa,
y enfrente una sucursal frávega
con un oso de cartón tamaño familiar
en la puerta
y vendedores aburridos
compañeros de mamá que lo saludan y promueven
impersonalmente
desde adentro del barco que se mantiene
inmóvil ante el caminar de la turba
que pasa mira
y comenta que en Ventura es más económico
y además no tienen el oso puto y político
ahí en la puerta
diciendo -mamá quiere esto, el choto quiere
lo otro.
De todas maneras el oso está más delgado, seguramente
habrá tarjeteado un aparato para simular
el gesto de la transportación tranquila,
aunque no del todo
porque es un gesto que no conoce de terrenos, este
y no el otro, es caminar sin discrepancias
sobre la luna o sobre un guiso de papa,
o sea no es caminar.
El chillido de los rulemanes aunque nuevos
nombra al silencio, los sintéticos perfumes
del follaje embalatorio
ascienden como espíritus de Baudelaires anaeróbicos
y evocan un paisaje que bien podría ser
el vidrio.
Un Paisaje sordo, como dentro del tubo de un televisor
tiritante de vegetación artística, tupida
que guadaña el piso al paso que viene,
no por la solidaridad sino por un traqueteo
escaso que se repite más que reitera.
Ahí él ante la transformación metabólica de Frávega
que pronto será papá
o Fravy.
Las gotas del helado van al piso
mientras el pibe relojea a papá Fravy
que desde un cartel da a entender muchas cosas.
Papeles o llaves o cosas así
se pegan después del paso del helado,
hacen próxima la mácula marrónea quizá
en la camisa nueva.
A mamá se la manosea este peludo marróneo
quizá que distribuye máculas en los pechos
de niños y damas, sin ser pedofílico,
disfruta del frío cromado
de cualquier estetoscopio pediátrico.
Sin la pulcritud del celeste frío del agua en las piscinas
del verano primario, se desabotona una promotora
mientras el hijo va agarrándole el timing al proceso
ciclópeo de poner un pie delante del otro y después
El otro delante del otro y así.
Aprendiendo con los pies lo que debe saberse
de un diccionario
pero es imposible
si no se hace con los pies,
con uno y después el otro.
Hambre \ el gasómetro.
Un sanguche pringoso,
el dientito del hijo de la Marchetti
prueba el chorizo fuerte. el pan de goma,
-andás comiendo porquerías, después en la mesa
no comés
en la cancha a lo lejos, comés.
Lontananza.
Los cuerpitos flacos de los jugadores
se detienen en posiciones graciosas,
prometiendo movimiento
o sea otra posición inestable.
-Ves-dice Frávega sin disfraz-esto es lindo,
el foball amateur, la cosa estética romántica,
la eficacia a favor de la belleza...
El pibe clava los dientes duros en la extraña textura
de la comida.
Al lado el Tony toma birra y se cuelga del alambrado,
pendiendo gordo, se fluctúa, amenaza
va corriendo y se tira...
La yuta los mira como diciendo...
-¡mirá que son locos estos che!
¡No se dan cuenta que se joroban
ellos!
Hace frío, si no fuera por el pedazo de chorizo
de perro este
esto sería
como estar
en la cola
de un banco
de esperma.
Frávega lo mira pensar,
los ojos rojos del humo
de marihuana que vuela,
libre, ilegal.
-como se nota que sos hijo único-
Cuando yo era pibe me traías acá
y yo chocho, fluctuaba mi sueño
echaba mano a espacio
cualquiera
metía indicadores del tiempo este
y vos...
mirá.
El humo se confunde con el vapor
que sale de las narices
de la boca,
un perfume de ingenuidad, frío de otro invierno
quema los ojos de los barrabravas
que si ven a la mamá de él
le dicen cada cosa.
Los chicos que fuman, gritan
y escabian de un tetra brick chatito,
ya que han desplegado sus dobleces.
Y apenas la promesa de lo cálido
las manos se sistematizan en un festejo,
un sobrio sueño de pensar...
Lo dorado, el café con leche,
tostadas y un vaso de agua, como te dan en los bares,
una emoción sensitiva
hacia el calor como mesías.
-Gol del Queso-
parece escuchar
pero no así
de otra manera,
más despacio,
o sea eso pero,
con menos palabras,
con más delay,
más minucio...sidad
en el dete...nerse.
ha tornato i suei ochi
y Frá...vega sal...ta
levan...tan
...do
un bra...zo
só...lo,
y sólo cuan....do sabe
que lo ob...serv....a
sonríe.
La poética de una gran banda negra.
El hijo de la vendedora Marchetti
clava los ojos, en la nada,
como cuando Dante ciego por Virgilio,
por los dedos del poeta en los ojos
igual,
sigue su carrera descriptiva,
sin problemas,
solo que solo
oye,
la poética de una gran banda negra
que tacha pero no consigue
cegar, solo tacha,
y un ruido sordo
como el de la calle,
el de la cola de un banco.
un murmullo que parece indicar señas forzadas
elocuencia fallida,
los gestos clavados en el aire,
trabados las manos y/o los brazos.
Es imposible mantener los ojos cerrados
ante los tules blandos de la oscuridad
cuanto más cierra
más vuelve
los satélites a rodear transversalmente
todo ese cuerpo de referencias,
se encuentra con los ojos
abiertos
los párpados
tensos aún de apretarlos,
pensando qué fue eso.
Después mete la mano en el pijama
y le da masa.
Lole y frávega juntos otra vez.
Los dos de maneras distintas,
uno en la cama casi consciente
ante un golpe cálido de la materia,
un auto que él guiaba
lo lastimó a él, aunque no lo traicionó.
-Estoy contento con vos Frávega,
ya vivís con tu chica,
¿El nene, te quiere el nene?
Frávega encoge esos hombros antes del disfraz,
ya de él,
-Te rompe mucho las pelotas.
Frávega sonríe.
Ahora estas metido,
en el sistema de la felicidad
familiar, te volvés, más pelotudo cada día
pero esta bien cuando te entre la imagen del
chabón, bigote, autito para buscar al pibe.
Esta bien.
Pero yo ya no cojo más
acaso, la trémulas terminales de mis manos
tiemblen ante el frío de un vaso
o ante la brisa viciada de mi conciencia
de todo acá
en la cama o silla de ruedas,
en cambio vos tenés el color,
el sueño y el sol marróneo
tu amenaza, de trincar a cuanta tía
venda o trabaje en relación de dependencia
a cualquier cosa non santa.
Tu identidad y tu posibilidad
de moverte, siempre a tu tranco
y yo al mío, no veloz,
sí arrebatado, con mi manera de
vivir,
agoté la distancia,
la disfruté, ahhh si lo hice
la terminé en 20 años,
y vos que fuiste medido,
tenés rosca aún, tenés algo de soga
para moverte de un lado
al otro
como un barrilete.
Frávega llora
y le dice
-siempre fuiste, tan lírico,
y yo soportando
los entuertos con la vida
del borrego ese
y tu golpe que me
dolió hasta mí
ya sin coger,
estás, no es grave
es un ratito coger
no más de un ratito...
-Y qué es lo que dijo Borges..
-Perdone mi ignorancia, Lole
pero me chupa el revés del isologo
de Maggi qué dijo
el ultraísta
a mí me gusta Cortázar
por que no es gorila
y es más humano.
-¿sí? ¿Saer?
-mmm...
Y con respecto a coger
qué dijo Borges
qué dijo la Kodama
qué dijo Marchetti
qué dijo Max Brod.
Apenas un segundo
que se pasa en la cárcel o tomando
mate o té o whisky
pero a no decepcionarte,
cuando se te pare
y mirés
y era todo un deseo
de poder desear,
ehh
a no desanimarse.
Lole abraza a Frávega.
Sos lo mas careta para hablar de literatura, piensa.
Oso careta.
La familia unida.
Ahí ante ese paisaje en lontananza,
Miguel Mateos en la radio, el auto que se hunde
en la calle como un perro escarbando,
los temblores de la velocidad en los arboles
al costado de la ruta, el aire fresco
que engaña,
-Está todo más limpito-piensa el aire
sin máculas, sin mugrecita ni pelusillas
en los caramelos que comía, antes
versos atrás, versos sencillos
caramelo rojo mientras bailaba en las puertas vacías
de Frávega que tenía esta inscripción:
"votá frávega 99 y empezá a pagar en marzo"
Pienso en eso que dijiste Lole, se dice Frávega,
ahora estoy metido en el sistema familiar,
hablamos de Saer, hoy precisamente
me decían que era puto
Saer,
y nosotros hablando de Saer.
A un costado del 128 Marchetti,
y el pendejo ese del lirismo próximo,
ahí nomás, nosotros apenas nos vamos
por un día, o dos
y los tipos que limpian los parabrisas
en la 9 de Julio gotean agua jabonosa,
y miran despacio, o yo rápido los eludo
rápido algo pasa que se quedan
como mirando
o parecen seguir atentos,
aunque no los vea,
los ojos todavía surprised
y los autos ondulan un camino que parece
regular y te subís
quien sabe si lo es tanto,
si es regular, si los versos son sencillos
ver
en los chabones que limpian los vidrios
de los coches en la 9 de Julio.
En bahía no pasa,
por ahí los locos se cuelgan con limpiarte
los vidrios, acá esta todo acelerado,
por la Av. Cerri venís pisándolo y no extrañas nada.
-¿Dónde chocó ese amigo tuyo?-dice Marchetti.
-No el chocó unas cuadras adelante,
en Río Negro.
Pasa el aire por los circuitos que se forman por las
ventanillas
del 128.
Yo me inundo del aire
el aire me inunda.
-Pará, Frávega de entonar subrepticiamente
versos,
pará.
Vos porque promovés Caldos Maggi y sos
ex-vendedora de frávega,
y yo soy como el artista de todo el plantel,
soy el que llevo
fantasías a los...
-¿Cómo se dice passante acá?
-¿Eh?
Nada, ves que no me valoras.
El auto ya no sabe por donde rumbea
si por la Av. Cerri o por la 9 de Julio,
en sí hay como un sentimiento trascendente en esto
no sé cuál es,
no es indistinta la ciudad
para el desarrollo semántico del poema
pero bueno, la turbación
el aire, el movimiento, las tetas naturalistas
de Marchetti, el niño, el paja ese
no permiten por lo menos a mí saber qué es esto
qué locus.
Hablando sólo,
se disculpa, se redime de los remordimientos así,
lo que pasa que de joven
yo fumé mucha marihuana.
-¿No es manera de responderte? Además está el nene acá
no te das cuenta.