El ciego necesita sus manos para ver
para completar por la vía del tacto
la percepción de la apariencia
su aptitud inscrita en el perfil
y el dibujo de lo próximo-
nunca lo lejano-
manos finas para medir
proféticas impregnadas de fluidos
dedos largos y móviles para pensar
inactivos llenos de gracia y carácter
como los de los santos
para hacer retroceder circunspectas
como las finas ramas de la mimosa.
La mano es acción
toma crea y a veces se diría que piensa.
En reposo parece una herramienta sin alma-
abandonada encima de una mesa
o colgando a lo largo del cuerpo
la costumbre el instinto y la voluntad
de la acción meditan en ella
y no hace falta un raciocinio prolongado
para adivinar enseguida
el gesto que va a hacer.
Vivir con intensidad
qué privilegio es ése?
por qué un órgano mudo y ciego
nos habla con tanta precisión?
Porque es original y diferenciado
como las formas superiores de la vida.
Articulado sobre bisagras delicadas
el puño posee una armadura
una cota de malla
compuesta de múltiples huesos
cinco ramales óseos
con su sistema de nervios y ligamentos
ondean o caminan bajo la piel-
como gusanos dentro de un cuerpo carcomido-
luego se separan para formar cinco dedos
articulados por tres coyunturas
cada una con su propia aptitud para el vuelo
y su propio espíritu endeble.
Una llanura recorrida
por venas y arterias
redondeada en los bordes
une los dedos-
recubiertos por su estructura oculta-
a la muñeca-
pretexto para proximidades.
Su reverso es un receptáculo
la cuenca bendita donde van a reposar
nunca para siempre
las cosas que vemos.
En la vida activa
es susceptible de tensarse y endurecerse
del mismo modo que es capaz
de modelar un objeto y animarlo a placer.
Esta inclinación por el trabajo ha dejado
señales en la palma
donde se leen las huellas
de nuestra vida en otros lugares.
De cerca posee un paisaje singular
con sus montes plurales
su gran depresión central
sus angostas calles fluviales
resquebrajadas por pequeños accidentes
derrumbes contorsiones
conversiones puras y finas
como una escritura
sutiles e intensas
como regueros de sangre.
Podemos soñar cualquier figura
cualquier calamidad.
No se si el hombre que interroga
tiene alguna posibilidad de descifrar su enigma-
pero me gusta que contemple con respeto
a esta orgullosa sirvienta.
Sirvienta? Tal vez
pero dotada de un genio
enérgico y libre
de una fisonomía-
rostro sin ojos
boca sin voz-
que ve y habla una lengua
que no siempre se comprende.
Miremos vivir libremente a las manos
sin el signo de la función
sin la sobrecarga del misterio-
en reposo con los dedos
ligeramente replegados
abandonados en su sueño
perdidos en él
o bien en la elegante vivacidad
de los gestos inútiles
ya que es allí donde escapan
los movimientos soñados.
Parece entonces que diseñan
de manera gratuita en el aire
la multiplicidad de sus posibilidades-
jugando con ellas mismas
se preparan para alguna próxima
intervención eficaz
arremetida instantánea
ubérrimo ubicuo ataque repentino.
Capaces de imitar
valiéndose de su sombra proyectada en un muro-
a la luz de una vela-
la silueta y el comportamiento
de los animales
son más bellas todavía
cuando no imitan nada-
a veces mientras la mente trabaja
dejadas en libertad
débilmente se agitan.
Con un impulso mueven el aire
o se estrechan firmemente
para formar un bloque compacto
una verdadera roca de huesos-
levantados primero
dejados caer después
según cadencias que ellos mismas inventan
los dedos hacen brotar a veces
ramos de figuras.
No son gemelas pasivamente idénticas
pero tampoco se distinguen.
Una es más apta para cualquier habilidad.
La otra es sierva adormecida
por la monótona practica
de los trabajos más duros-
no creo en absoluto en la eminente
dignidad de mi mano izquierda.
Sin la derecha su soledad sería intolerable
la existencia una viña estéril.
Ella señala el lado malo de la vida
es ella la que encuentra al muerto
la que señala el huracán que se avecina
y puede con entrenamiento
cumplir con todos los deberes de la otra-
hecha como ella.
Si renuncia a sus aptitudes
es para ayudarla.
Es una suerte que no tenga dos manos izquierdas.
Cómo repartiría las tareas?
Lo que hay de torpe en mi derecha
es necesario
ella me une al pasado venerable
cuando el hombre era inhábil
cuando estaba lejos todavía
de poder hacer lo que hoy hace con las suyas.
Si no hubiera sido así hoy me vería sumergido
en un exceso de virtuosismo
habiendo llevado a límites extremos
el arte del juglar
y nada más.
Han permitido ciertos contactos
que no aseguraban los otros órganos
las otras partes del cuerpo.
Levantada al viento
extendida y separada como un ramaje
captura los fluidos.
Multiplica las superficies delicadas
y sensibles
dedicadas al conocimiento
del aire y de las aguas.
El hombre antiguo respiraba
el mundo por las manos
tendía los dedos para construir con ellos
una red con que capturar lo imponderable.
Sin ellas no hubiera podido hacer nada
con las corrientes translúcidas que no tienen peso
y el ojo no ve.
Pero todo lo que pesa hasta con peso insensible
todo lo que tiene una corteza
un manto un pelaje
la piedra misma tallada por los golpes
redondeada por las aguas
tiene que ser tomado con la mano-
hay que tener experiencia en ello
y esto no se consigue con la vista.
Hace falta una especie de olfato táctil
para poseer tanto el mundo
como una simple piedra
tallada por los golpes
o redondeada por las aguas.
La visión resbala por la superficie.
La mano sabe que el objeto está habitado
por un peso
que es liso o rugoso
que no está soldado a la tierra.
La acción de la mano define el hueco del espacio.
Superficie volumen densidad gravedad
no son fenómenos ópticos-
y el hombre los conoce por los dedos primero
por las palmas de sus manos después.
La mirada no puede medir el espacio
y cuando lo hace se equivoca.
El espacio se mide con la mano y con el pie
y cuando esto no alcanza con el paso
salvando las distancias
inventando patrones
cuya unidad es la mano.
Los gestos multiplican el saber
con el dibujo variado cuyo poder inventivo
se nos oculta por un hábito milenario.
Sin la mano no habría geometría.
La mano pone ante los ojos la evidencia
de un mundo móvil-
aumentado o disminuido según el repliegue
de los dedos.
Modelaron el lenguaje.
Su uso corriente recibe el impulso
de los gestos de las manos-
ellas contribuyen a reticularla
a separar los elementos
a aislarla de su sincretismo sonoro
a darle un ritmo y hasta colorearla
de sutiles inflexiones.
La diferenciación fisiológica no puede hacer nada
por especializar los órganos y sus funciones.
No se puede hablar con la boca y callar con las manos.
Conservo esta doble poética
parecerá vulgar pero su efecto traduce con exactitud
un estado antiguo
el recuerdo de mis esfuerzos por usar
un modo inédito de expresión
que todavía no domino.
Sin ellas no hay mundo mágico ni mundo superfluo.
Se puede inventar una religión
imitar una postura
danzar amorosamente
esbozar ciertos ritos funerarios
pero no se puede embellecer nada
ni producir formas superfluas.
El canto del pájaro no es más que un arabesco
sobre el que compongo mi propia sinfonía
sin él me serviría del susurro del viento-
la música está amortajada en lo indecible.
Las historias más sorprendentes de castores
abejas perezosos y hormigas
nos muestran los límites de culturas
que no tienen más agentes que las patas
las antenas y las mandíbulas.
Desde el momento en que intenta intervenir
en el orden en que está sumida
cuando clava en la naturaleza compacta
una punta cualquiera
hace un corte que la divide y le da forma.
Así nacen los ríos.
Incluso cuando en lo más profundo de su caverna
permanece en la superficie de las cosas
talla cuidadosamente el sílex
fabrica agujas de hueso
vuelve útil la astilla que se desperdicia
no se olvida de nada.
Rompe las vértebras de un animal
o parte un árbol gigantesco-
a cuya sima ha llegado
con la ayuda de sus manos-
no penetra el interior
no tiene acceso.
La herramienta en sí el utensilio
no es menos importante que el uso
tiene valor por sí mismo
es un resultado.
Está ahí separado del resto del universo
inédito.
Si el borde de una piedra tiene tanto filo
es porque no fue recogido al azar
en las márgenes de un río
sino que puede decirse que es la obra
de un dios nuevo
que hace y deshace por medio
de la prolongación de sus manos.
Entre el utensilio y la mano
comienza entonces una amistad
que nunca tendrá fin.
A ella comunica su fuerza viva
y continuamente la configura.
Cuando es nueva
falta que se establezca entre ella y los dedos
una armonía nacida de la posesión progresiva
de gestos combinados y ligeros
de hábitos mutuos
de cierta usura.
Entonces-
recién entonces-
la herramienta inerte
se convierte por arte de magia-
en un instante-
en algo vivo.
Ninguna materia se presta mejor que la madera
que antes vivía en el bosque
y que mutilada modelada humedecida
tallada retorcida o quebrada
está lista para servir al arte del hombre
corserva ahora bajo otra forma
su ductilidad su flexibilidad
y su fuerza primitiva-
la dureza de la piedra y el metal
manipulado o maniobrado
explorado durante mucho tiempo
también se calienta y se doblega
con las manos.
Poco a poco se corrige
la ley de las series que tienden
a la identidad
y entonces la uniformidad en la fabricación
facilita la amplitud del comercio.
El uso y el contacto humanizan al objeto
insensible y de la serie
se saca más o menos algo único ejemplar.
Quien no ha trabajado con las manos
si hay algo que ignora
es la fuerza de las relaciones ocultas
los positivos resultados de su compañía
en la que intervienen también la amistad
la estima la convivencia cotidiana
el instinto y el orgullo de posesión-
en las regiones más frías
la inquietud por la experimentación
y la satisfacción que de ese ejercicio
se origine algún calor que reconforte.
Si hay algo de lo que no estoy muy seguro
es de si la herramienta es el extremo del brazo
si suplanta a la mano
débil en ciertas ocasiones y para ciertos
trabajos. No me contradigo
no se trata de un garfio unido al muñón
entre ambos hay un dios
cinco dedos que recorren la escala
de todas las magnitudes posibles.
Por más evolucionado que parezcas
tu obra continúa la del hombre prehistórico.
El mundo es nuevo lo examinas
cuando puedes gozas de él con todos tus sentidos-
menos agudos-
conservas el sentimiento mágico hacia lo desconocido
y sobre todas las cosas
empleas la poética y la técnica de la mano.
Si sueño con recibir un día visiones de paisajes
extraordinarios rostros perfectamente bellos
no podré fijar esas visiones sin un soporte
y una sustancia
ya que mi memoria apenas lo registra
son como el recuerdo de un recuerdo
o mejor como el desfigurado resultado
de un paisaje después de una lluvia
que ha durado sin parar diez días
o el deprimente estado que presenta
la tierra cuarteada sobre la que no llueve
desde hace diez meses.
El tumulto interior no lleva a ningún lado
si no se hace partícipe a la mano.
Lo único que distingue el sueño de la realidad
es que el hombre dormido no puede engendrar
más que inmovilismo y movimientos convulsivos.
La poesía se hace con las manos-
el pensamiento el amor el "corte de manga"
los relojes los retratos los libros las navajas
se hacen con las manos.
Mientras recibo el contacto pasivamente
ella lo busca y lo tienta
Yo me contento con el aporte milenario
con el saber automático-
y hasta usado.
Ella me lleva al aire libre
me renueva comienza desde el principio.
Toca palpa calcula el peso mide el espacio
modela la fluidez del aire
para prefigurar en él la forma de esta hoja
acaricia la corteza de las cosas
con el lenguaje del tacto compone
el lenguaje de los ojos-
un tono cálido uno frío
un tono pesado hueco una linea dura
una linea blanda
Después de todo escribir es dibujar
trazar líneas plasmar sombras
dejar espacios en blanco.
Pero el vocabulario hablado es más rico
que las impresiones de una mano
y hace falta más de un lenguaje-
dos doscientos dos mil-
para traducir su número
su plenitud
su diversidad.
En la mitología Adán fue modelado
con barro como una estatua.
Dios no sopla sobre el globo del mundo
para lanzarlo girando al éter no le basta con ver
o imaginar lo posible
sino que lo pone en su lugar
con la mano.
Pero nosotros seguimos siendo
amigos del noble peso
quien lucha con él no es la voz
sino la mano-
cómplice permanente del estilo.
Mírala ahora dar vuelta la hoja.
Mano conductora de ese firme enhebrado
misterioso hilo que fluye de los ojos
y hace surgir del lápiz frío
una luz que al fin germina.
El papel no alcanza.
Tacto obediencia lentitud sigilo
órgano de las cuentas
dueña de las cadencias
ordenadora de los números-
número ella misma-
palpa el universo
se adueña lo transforma.
Combina las asombrosas aventuras
de la materia asombrosa.
Solícita viajera
única que aún semi cerrada vive.
No le basta con tomar lo que está
hay que trabajar
añadir lo que no está.
Irguió troncos sin pulir
con toda su corteza
durante mucho tiempo
mucho tiempo
amontonó o levantó
la piedra bruta
para conmemorar a los muertos
y honrar a los dioses-
y el día en que desnudó al árbol
para mostrar su carne
inventó una epidermis.
Es admirable ver de pie
entre nosotros
a este superviviente empedernido
de las edades de la mano.
Las horas pasan.
Pasan los días.
Los meses pasan.
Nada lo obliga a renunciar
a su antigua manera de descubrir el mundo.
Siempre será la mano desnuda-
así vuelve a empezar
perpetuamente
un pasado formidable.
No hay que buscar gustar a los demás
multiplicar los placeres de la vista
hay que endurecerse para durar
hablar la lengua inteligible
la lengua de la presión de la mano desnuda.
Es entonces cuando en evidente prosecución
de planes largamente meditados
la belleza adquiere aire de triunfo-
la mano se desplaza lenta
abierta solidaria.
El mundo es pequeño
cabe en la palma de una mano pequeña.
Hay que olvidarse de este obrar
como si la mano fuese eterna
dispuesta al alcance de la voluntad
como esa piedra siempre bien dispuesta.
Es la emoción más simple-
cualquier deseo
cualquier placer nos conduce a ella.
Corremos constantemente
de un lado a otro
esperando tocar algo nuevo.
Todo acapara la atención
todo posee el encanto de ser tocado.
Pero la mano no puede retenerlo todo
la curiosidad es superficial-
cambia de objeto constantemente
y cualquier placer nos conduce
a cualquier deseo.
La emoción es simple.
Velozmente recorre los objetos
y las mismas cosas con frecuencia vuelven
y vuelven con un efecto cada vez más agradable.
Cuando llegamos a conocerla un poco
las ocurrencias de la mano
afectan la razón
abaten.
Capta aquello
que de otro modo
permanecería escondido
los nexos sutiles y huidizos
que al observar se escapan
todo lo que es imperceptible a los ojos
las cualidades el peso los matices-
toma distancia y obliga
a jugar un juego
que vuelve todo todavía
más y más luminoso
más y más palpable.
Blanda y evasiva
sabe la mano.
Intuitiva evoca y mantiene
aún aquello que parece
serle negado-
la arena y el agua por ejemplo
la reflejan
entienden su devenir
muestran su dinámica ante ella.
Pero se intuye su genio-
genio de ágil y liberado dominio
cuanto más grande es el peso
del que se desprende-
así de extensa y grave
es su maceración en la cultura.
Hay que reposar para levantarse
más seguros y valientes.
No tendería a esto con tanta fuerza
el deseo de la mano
si el juego y la distracción no tuvieran
cierto natural deleite.
Hasta el sueño mismo es la muerte.
Aunque el ingenio de los siglos resplandece
nunca nos sorprendemos lo suficiente
de esta niebla que cuanta más luz refleja
más nos ciega.
La mano no consiente que su lugar
sea ocupado por nada.
Promueve pequeñas discusiones
acerca los linderos
recurre a las piedras
y a las armas-
no sólo deja que los demás entren en su vida
sino que ella misma se introduce por la fuerza
a los que son poseedores de ella.
Vence las leyes
y todo lo que construye es tan efímero
como ella.
El tiempo derriba edificios
tumba obeliscos
rompe las represas
lejos está de recibir intacto
el sedimento que los siglos ven acumularse-
lo que por una parte gana
por otra pierde.
Nada resiste a la conquista
todo estorba.
Nada hay más triste
que una mano de tela fuera de su horma
luchando por actuar
su volumen-
alarga los dedos
dice al guante el poeta
y el guante no obedece.
Sospecho que cede a los terrores
de la superstición
aunque cuando imagina todo el mecanismo
de la naturaleza su traslado
todo se oscurece con la sombra
del miedo secreto y del horror.
Entonces se apodera de ella cierto placer divino-
y horror también-
porque al mostrarse todo tan evidente
gracias a su rigor
ha quedado al descubierto
en todas partes.
Todas las privaciones son grandes
porque todas son terribles
vacuidad oscuridad soledad silencio.
Con qué imaginación acumuló la mano
todo esto
allí donde creía que deberían unirse
como imágenes en la boca del infierno
y allí donde antes de revelar
los secretos de las profundidades
se apoderó de ella un horror
que volvió a retirarse estupefacto?
En contacto con cualquier suavidad deliciosa
la mano es feliz.
Es el sueño de los dedos infinitos y libres.
El dueño de la mano pone un prado en el mar
cava un túnel en la arena
las imágenes ascienden al nivel de un universo-
una suavidad llena y luego
rodea la mano.
La primavera nace en la perfumada
mano feliz de Valentina.
El puño quiere un obstáculo un adversario.
Imaginar al puño en su vana crispación
es deshonrar su cólera dramática
empañar la imagen viva de lo invencible.
Es una hazaña que se repite con frecuencia.
El oficio completo de la mano es ser martillo.
En la naturaleza no hay martillos
ni palancas
lo que hay son hombres
que martillan
y al hacerlo
hacen martillos.
La mano bestia enferma
refugiada en su cueva-
acechando el peligro por lo bajo
el que se acerca a ras de tierra
escondido en su piel
confundido con ella-
estamos atrapados en el estupor
de los días de la infancia
como en un engrudo
ahogados en medio de la niebla
salimos al aire libre y ofrecemos al mundo
nuestras manos enguantadas.
Así como el menor de mis pasos
resuena en el manojo de llaves
su enorme inteligencia comprensiva
aquel corazón suyo vacío de mi
necesita que yo sea admirable
para que pueda admirarlas.
Todo lo que es pasible de estar
frente a nosotros
debe ser apartado
con las manos.
Entonces podemos abandonarnos
a la presencia sin obstáculo-
exigiendo arreglando
este encuentro inmediato
con la nada
nos abandonamos
a la presencia sin obstáculo.
La mano es mal testigo
cuando esta al servicio de una mente
que no entiende su lenguaje-
pero la voluntad incluso encuentra eco
en los exhaustos nervios
del movimiento.
La mano furtiva roba uno a uno los hilos.
De noche crujen las puertas y los muebles.
Estrangulando brillos
matando segundos
en todo se detiene.
Esta mano es el viento que amontona las nubes.
A veces es como si no existiera.
La mano separa la tierra del mar
el dique avanza.
Como un vapor pasa sobre las teclas
como un viento barre las dunas
o hace avanzar las olas.
Aquí esta el puente que armó hierro a hierro
el arco vivo de la ciudad.
La mano duerme ahora.
Esta es la mano sucesiva que acarició ese rostro.
Cuando tuvo que desviar el río y expulsar el mar
allí estaba ella.
Cuando hubo que ordenar fuegos fatuos
o mover ruedas y espumas
o erguir la materia dominada y distinta
ella estaba.
Transparente tangible atravesada por la luz
mírala ahora mientras alzo el brazo
y la noche se pierde mientras la claridad
cruza el silencio
y en silencio
los signos en la tiniebla se llaman entre sí.
Ya sé que es ella ya sé.
Aquí secreta e inmóvil
finge muy bien su imagen en la tierra-
espacio plano con cinco prolongaciones cilíndricas
ágiles como acróbatas
dedicadas como enfermeras
que sueñan con ser santificadas.
Tocar el alma con el aliento
o con un dedo dulcísimo
para sentir la esencia contenida
en la suavidad de la cubierta
de un libro en un temblor
de músculos.
Lo que el poeta vino a decirnos
es que todo esta en las manos
en el ritual de las manos.
Sabe que más allá de la yema de los dedos
comienza lo hostil y extranjero-
no existe nadie más sensible
a la incesante presencia de sus manos-
salen a conocer el mundo
y vuelven trayendo una cosecha de ciego
el recuento de las imágenes vistas
preparadas para ser vistas de nuevo.
Hacer que el homínido piense y hable
hacer que descubra el fuego
créanme no es poco.
Haber alzado cualquier silueta estilizada-
todo lo que puede ser tomado por la mano
queda de inmediato estilizado
apuntando con el dedo a un lado.
Nada hay mas humano que una mano-
despreciemos a los hombres si es preciso
pero dejemos en paz a las manos.
Mira esta ala de luz que atraviesa la sombra
parece humana en la noche.
Mírala crecer traspasada por la luna
como una nube.
El esfuerzo humano a nadie importa-
pero la mano nos oye hablar de ella
se esconde bajo la mesa
y agita sus cinco dedos
o tamborilea contra el volante
modelado de nudillos.
Buscamos en vano
en vano encontramos
lo que conseguimos se convierte-
al instante-
en jamás.
Viejos proyectos desempolvados de nuevo
experimentos delirios.
En la pared escribimos con tiza
palabras que existen para entendernos
por lo que significan
pero que en realidad son tan transparentes
tan claras tan perfectas
que todo lo mantienen oculto.
Nada se concreta en el aire
salvo el vuelo.
La palabra que escribo con la mano
es la forma de mi idea-
no de mi sentimiento
por favor no empecemos con eso.
Nunca un poema se hace mejor
que cuando se escribe
un mecanógrafo realiza algo tan pulcro
tan exacto tan bello
como un pianista una sonata.
Hay que acostumbrarse a ser
mano de los otros y mano de nosotros mismos.
El estudio de la mano
como un arte superior-
un cultivo una cultura.
Serás capaz de sorprenderte sin descanso
si sigues esta regla atentamente
toca con la mano
en el interior de tu aliento
nunca toques delante de él-
hay que tener el hábito de correr
excedido sin contención
con prisa por llegar a algún sitio
para saber lo que esto significa-
yo no puedo explicarlo.
Cada vez que tocamos
creamos la calidad de la propia apariencia-
es fácil dejarse embaucar
por la imaginación
imaginarse a sí mismo
invadiendo el mundo
con nuestro progreso
y nuestros poderes.
La mano puede ser considerada como aquello
por medio de lo cual el hombre
ha llegado a invertir el peso del mundo?
Qué es una palanca sino aquello
gracias a lo cual el hombre transforma la gravedad
en fuerza de ascensión?
La mano que sostiene
que lleva que levanta
transforma la caída en elevación.
La mano permite construir-
lo único que nos impide volar
es que sabemos leer.
Permite darse la mano
transmitirse los poderes-
asociación fortuita
asombrosa hermandad-
así nace aquello
que puede pasar de mano en mano
en pocas palabras
que puede transmitirse
a través del tiempo
y el espacio.
La mano es instrumento
del tiempo que la ha hecho
pasa a convertirse en instrumento
de un tiempo que ella hizo-
hija del tiempo
es ella ahora quien lo engendra.
Hablo de ella
sin ver el hecho
de que ella soy yo
sin ver que hay
una auténtica parte de mi
que no es más que mano-
estuve sin usarlas
semanas seguidas
diciendo que si
a otras partes de mí.
Mi objetivo no es tomar
sino despertar.
Soy perezoso.
Puedo verme-
claramente a mi mismo-
tan claro como me es posible
que hay en mi una parte perezosa.
Entonces simplemente elijo-
simplemente-
no alimentar esa parte.
El truco que utilizo
es la disciplina-
uso con disciplina mis manos
las manos requieren disciplina.
Más aguda que crítica
más sensible a los relieves
que a la sustancia-
radiante completa
dichosa.
Pasar del tiempo
en que uno ha sido hecho
al tiempo en que uno puede hacer-
ya estoy harto de esos prometeísmos
de utensilio
esos mesianismos interminables
del progreso.
Quisiera que el evolucionismo de la mano
terminara aquí de una vez por todas-
siendo lo que soy
tenía que pasar lo que pasó
para que pudiera devenir
lo que devino.
Simbolicemos aquí
en este terreno permeable
el curso del universo húmedo
descubramos aquí
la superficie donde
van a encontrarse finalmente
todas las texturas.
La mano ya estaba prisionera-
para poder decir esto
es preciso que la pata
fuera al principio concebida
como debiendo ser mano
como una mano en potencia
que debía desprenderse
de la garra funcional
que le impedía nacer.
No pasa de ser entonces
un colegial que recita
una lección que la bestia
es incapaz de aprender.
La mano es como el mundo
que permanece a distancia
de un primer motor que toca
el mundo sin ser tocado-
si de algo está privada
es de ese contacto supremo
que le permitiría poder tocar
lo que la toca
ser asido por aquello
que triunfal sostiene.
El reptil explora el espacio
el mamífero se desvía ante el obstáculo
y manipula los objetos
el mono se beneficia del intermediario
el orangután utiliza el instrumento-
pero sólo yo se usar el útil.
Así es como organizo
hablo un lenguaje enseño
me muevo como una nube
mi mano en todo cuanto puedo
hacer y pensar
interviene y participa.
Al principio pretendía
iniciarte en la epopeya
de las manos que domino
prolongar una filosofía
insistir sobre la idea
de que la mano permite
llegar a la noción de comprensión
sobre dos planos diferentes-
pero complementarios.
Ella encierra lo real
cada vez más estrechamente.
De ella emanan los rayos de luz
abre una brecha en las nubes
y concede a un personaje
una gracia venida de allá arriba-
transmite un poder que sólo ella posee
o una salvación que sólo a ella
puede serle debida
origen
o más bien instrumento
la mano es igualmente aquello
que asegura el enlace de las fuerzas
pero cuáles?
Vino para salvar-
no se porta involuntario
su peso frágil
se hace notar.
Sin ella no hubiéramos hecho más
que chocar con obstáculos insuperables.
Sin la ayuda de la mano
cualquier piedra es enorme
cualquier obstáculo del pensar
infranqueable
cualquier camino cualquier ruta
en el pensar imposible.
La mano es el pensamiento.
La bestia se prolonga orgánicamente en la rama
y el separarse de ella ni siquiera es perderla-
es olvidarla totalmente
como si nunca hubiese existido.
Él arrebata empuja o tira
no toma
porque tomar no es asir solamente
sino sobre todo saber desprender
y recobrar.
Todo es entorno.
Quien no dispone más que de un punzón
puede servirse eventualmente de él-
a falta de otra cosa-
como martillo palanca cincel
cuña pico o hacha
y si ese bendito punzón
no le alcanza
es porque su presencia hace nacer
la sensación de una falta
la necesidad de otras herramientas
a cuya fabricación será menester aplicarse
para poner fin a un derroche de energía
y una ineficacia
y una imprecisión flagrantes.
No se trata solamente
de poner las cosas más cerca de la boca
volver posible lo real
y accesible al estómago.
Lo que la mano permite
es convertir en real lo posible.
Es como un puente echado
por encima de las distancias-
pero siempre queda una
que ninguna obra suprime
que ninguna máquina trasciende-
la distancia que separa
una de otra las conciencias
la mano no la acorta.
Aplicado a lo sólido
a todo lo que es firme
macizo denso y fuerte
la mano nos hace conocer
los propios límites-
nos arrastra hasta la puerta
que da al mundo exterior
y haciéndonos encontrar
puntos de apoyo
permite reflejarnos
sobre nosotros mismos
operar una vuelta
a su propio dominio
La mano sale en busca del objeto.
La luz los sonidos los olores
sorprenden chocan contra nosotros-
la materia tangible espera pasiva
el ataque feroz o dulce de la mano
confiere a la piel una vocación
que sería incapaz de descubrir por sí misma-
la inspiración que predestina
la meta que la piel ignora.
Si el ojo puede ver sin ser visto
y el oído oír sin ser oído
por qué no puede la mano
tocar sin ser tocada?
Por la mano que toca voy hacia el otro
por la mano tocada vuelvo a mí mismo-
en este intercambio grotesco
se encuentran
todas las distancias del mundo.
Imito la forma
simulo reproducir el movimiento
necesario-
mi palabra secunda el gesto
por un acuerdo simultáneo
recuerda los contornos
la expresión el parecido
el parentezco de los objetos.
Del mismo modo que llamo a gritos
lanzo al espacio abierto algún signo
envío señales luminosas en la noche
o arrojo al mar una botella
el gesto de tocar que realizo en el vacío
se dirige a lo que no está
y mi mano reclama-
si digo palabras conmovedoras
es porque hago gestos con la mano
que pueden ser elocuentes.
Acentuemos la maldad
hagamos un arma de la piedra
continuemos la violencia del brazo
demos a luz a los pensamientos indirectos
hagamos nacer el arte del choque
toda la habilidad de las fuerzas rápidas
una conciencia de la voluntad exacta.
septiembre 1995-noviembre 1997