Lo hago de manera que parezca real
Syivia Plath
Otra vez ha sucedido
pronto te graduarás de desdichada
provocas tú el despojo de todo cuanto hay
porque nada te descubre y tú descubres tarde lo real
lo que en las cosas está sucediendo
mientras tú rodeas sus contornos
jamás esas profundidades de abisal maldad
fueron atisbadas por tu imaginación
te disgregaste tanto que no advertiste que el otro no
te contenía
ni siquiera pudo recibirte
se hizo a un lado para observar el ruido de la caída
su propia maniobra para evitarla
Qué sacas ahora con decir "Renuncio"
él verbo no es la cosa ni mucho menos el
sentimiento
Qué sacas con decir "No puedo más"
la negación es imposible de llevar a cabo en el
corazón
Qué sacas con decir "Me desmorono"
la palabra no te consolará
Ahora intenta consolarte:
¡atadas están sus míseras muñecas
para la entrega sin demora de lo propio unido!
atadas sus manos que no podrán tallar de la boca
más profunda
tú sabes que la boca del pozo intimida
y no será él quien te dé una alegría desde arriba
Admítelo
sólo allá abajo encuentras regocijo
sólo en la tiniebla húmeda del fondo estás protegida
es inútil permitirte un minuto para escalar por las
paredes y asomarte
un poco de costado a la claridad
Pero en lo oscuro eres una luz pequeña
un punto de luna herido por ser niña
¡HAY UNA NIÑA EN UN POZO!
Una línea corta el horizonte en dos.
No es necesario que alguien diga uno y otro lado
ya la niña se ha puesto a lamer la huella
y a confundir con sus saltos y sus vítores y su
ahínco
las distintas lunas del espejo.
Una línea divide el horizonte en dos.
La niña sigue el paso del conejo y bebe del pozo
como quien bebe de su propia caída.
Una línea fija el horizonte en dos.
Dentro de la línea una niña cae y cae preguntándose
a viva voz
la duración de su caída.
No causará extrañeza el llanto de la niña cuando
tope fondo
-pero no topa fondo-
y no será raro tampoco que el horizonte recupere su
unidad
si la niña lograra mirarse en lo hondo de su llanto.
Pero la caída trae como consecuencia
anverso y reverso de un único horizonte.
Sólo el decapitado sobrevive
Sólo sobrevivirán los estragos de mi cuerpo
la cabeza sola no habla
la cabeza separada no piensa
la cabeza mirando el hueco no siente
el sentimiento sin cabeza no duele
el dolor en el cuerpo no se acostumbra
no siembra sus temores
sólo el decapitado sobrevive
a la guillotina amnésica del tiempo
descansará la mente si abandona a la cabeza
cubierta por un lienzo ella se martirizará callada
libre por fin el cuerpo verá reconstituirse los tejidos
que fueron pasto para la voracidad
de la cabeza propia
la de los otros aún más voraz
anida a duras penas sobre los hombros.
EL COLGADO DEL TAROT
Es la tarde esquiva del corazón
soplo para alejar el halo negro que tienen las cosas
cada cosa descrita en mi mente como posible de
combustión
como posible de arañazo y viruta directa al ojo.
Cuelgo del pie y del árbol que está a punto de ceder
pronto estaré por fin reposando sobre la hierba
sobre las flores secas y las hormigas de la sequía.
Pacerán sobre mí los animales hambrientos
como lo han hecho hasta ahora los hombres.
Y el mundo, que sólo era vertical,
seguirá siéndolo
pues no podrás zafar
de la caída
aunque lo anheles.
Tarde desatendida de mí
creo que ya tengo tu corazón en mis manos
como el molusco de la zona abisal
apegado a la luz que el submarino emite.
Una muestra de poesía joven chilena
X Yanko González Cangas
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