TEORIA LITERARIA5
Inolvidables, los olvidos.
El orden y lo inesperado, el tiempo de miel,
tiempo de lila, esos son los cuidados
del cuerpo. Gladiola es su nombre inmemorial.
El fresco que produce sacudir la falda,
mueve aires y suspiros, aromas, flameantes.
Admiro la falda, blanca o negra o violeta
morada, piel de berenjena, muslo brillante.
Noche de moños, lustrosas ropas (de hule),
piel de aceite, alta y baja poesía,
plata y madreperla, punta de seno,
y el rosal (le Rosier) de Madame Husson.
El rosal es el mensaje perfecto
de lo extraño, es la traducción
de lo ajeno en nuestras lenguas.
Es el desorden en la contaminada vida.
Flaschenpost es. El correo secreto,
el mensaje en la botella, en el negro mar,
en el blanco mar, llegando o no a las costas
firmes, a las manos ávidas, amigas y enemigas.
(LOS SECRETOS)
What, what, what es palabra seria
de vida o muerte, fruto de inocencia,
madre de ignorancia. Fuente de víctimas
y decisiones afiebradas, de trágicos padres
llorando. Los abogados lo llaman
"il suo caso" en treinta idiomas, el aire
es denso, huele mal, incoloro como niebla.
"Turning inside out", es lo de adentro, afuera.
Son los ocultos secretos del cuerpo, senos
de la mente, vibrantes, movedizos,
y los muslos secos frotando uno contra otro,
y un vértice de fuego, en llamas, sin música.
LOS ÁNGELES
Ángeles femeninos vuelan raudos,
un espejo en la mano, algunos con cola
de sirena, otros con piernas y negros
triángulos, los cabellos al viento,
empapados de sudor, desplegados.
Los senos colgando, aéreos pechos
temblorosos, que entibian mi frente
y veo desde el suelo su alta forma.
Asombra la fuerza de su yunque
formidable volando sobre mi cabeza,
el rostro vuelto hacia esos jinetes
montados en hierro volante.
COSAS ARGENTINAS
(Recuerdos sentimentales6)
Hago una Lista de Mis Memorias
Preferidas (del Pasado): (Quiero) Un anillo
de plata vieja en el meñique de la mano derecha.
El beso a una foto (en la cartera, junto al pecho,
la nalga). Ese gesto quiero. Volver a la sedería
quiero.
La estatua del patricio romano en yeso,
con un blanco huevo en la mano derecha (Museo
De La Cárcova). Dos pinturas quiero: La barba
negra de Cándido López, maraña detallista
y el menudo colegio rabínico en llamas. Oler
quiero
"...aquellos polvos rosados que
aumentaban tus colores". Las punzadas
del amor. Los desaires, las traiciones.
Los desencuentros (Quiero). Las únicas
budineras uruguayas invadiendo la casa vacía.
(Quiero)
La Proximidad y El Alejamiento. El Amor
Perdido. Usted sabrá, dicen. Quiero mirar
y ver. El espectador (el público) quiero ser:
Ambos observan cuando el otro, olvidadizo,
se cree a solas. Simpre recordar
quiero.
Recordar es desarmar, es el desvelo
argentino en su nido, la fuente
de las tragedias. Dudas, proximidad
y lejanía, gestos, olores, desnudas
sorpresas, avaros recuerdos emotivos,
la sangre
hirviendo en las venas, la tapicería,
la sedería Víctor. Todo eso forma otro
memorable pasado, la repetida obsesión
como cabalgar en la noche. Es el comentario
público, la descripción de la infancia. Mi infancia, reiterada
interminable, de compras en el Centro
acompañando a mamá.
EL FUTURO ES DENSA NIEBLA
La Escena:
Escribir con pluma fuente, cigarrera
de plata, en la biblioteca casi circular
como una esfera del cuerpo, fría
en invierno, siempre afiebrada,
la gran cama histórica con dosel,
la de los asesinatos y los amores
entre reinas vestidas de lino blanco, con perlas
en el pecho y en la espalda, de marfil.
La Ocurrencia:
En una es el tamaño de la preocupación,
fervor por todo, el rostro ansioso.
Es lo que está en la casa y lo que sale
al jardín, sin abrigo. En la otra no.
Sufriendo lo que hay que decir,
la confesión y la vergüenza,
sollozo de hombre y el pañuelo blanco,
doblado, sobre los ojos y la frente.
Bajo la mirada severa de los antepasados
de su mujer. Ese, el de la rala barba roja
como Marlowe, mirando sobre el hombro
la censura en los ojos, la boca sensual.
La confesión ya está dicha,
y ahora hay que escuchar más.
Hacer el secreto que no se dice (a Violeta)
ofendido. Ya no puedo seguir mirando.
Los Recuerdos:
Me dan una Violeta rubia, con dedos
cortos y voz aguda, que no es lo que
debe ser. Oscura, de aterciopelada voz,
ignorante, de piernas pulcras,
con pubis de sándalo fino, duro,
guardando secretos sin importancia,
el tobillo mordido con su vena azulada
como un amanecer de nieblas.
No hay palabra como "clever", lista, ingeniosa,
esclavo, esclava de cada una, las fumadoras,
las de los grandes labios. Se irritan,
protestan. -Nadie puede decir nada- dicen.
-Me voy al Líbano- grita una. -A la Legión
Extranjera. Quiero comer carne cruda. Quiero
encerrarme en la Ancienne Cathédrale de La Major,
olorosa de puertos, con las duras cuerdas de brea-,
-dice la otra. Son dos en el mundo (tres con la paloma
madre, la tórtola del rey del mundo, la pulcra). Las dos
viven una brillante abundancia. Brillar es "to shine",
brillante es "shining" como en las novelas inglesas.
Una visión:
En la Basílica de Saint Victor,
arrodillada la paloma madre rezando,
las manos juntas como en el fresco,
los anillos girados hacia adentro,
hacia las palmas, para ocultar
las piedras preciosas, su misterio
y sus descarados reflejos, los guantes color
almendra, ingle de gacela, inertes a su lado.
Un Comentario:
(Ella es Violeta de lujo, una almendra.
Parece mestiza de la Martinica,
inglesa, secreta, hija de amantes
de reyes, mandorla, mandel, amygdala,
fruto perfecto del erguido amygdalus,
ametlla, amande, amanda,
de mejillas doradas).
(continúa)
GESTOS ÚNICOS
Veo una china de blanco
haciendo raros ejercicios,
su piel es marfil sumergido,
levanta una pierna. Veo
la planta de su pie
negra como el carbón.
La camisa se sube, arrugada,
su ombligo es muy pequeño,
como una perla en el marfil.
Baila sobre la sal gruesa
y me trae lágrimas a los ojos,
parece el último árbol muerto,
blanco y negro, húmedo.
Miro mejor. No es sal,
es arroz, duros granos de arroz.
Abre la boca y es roja, roja,
(la conocida visión, repetida),
insaciable.
GESTOS ÚNICOS REPETIDOS
Pocas tienen mejor esfera, nalga
esfera, que las bailarinas clásicas.
Pero no la muestran nunca,
vergonzosas, huyendo del mundo.
Y algunas tienen bello rostro,
en agonía, nerviosas, soberbias,
la rodilla junto a la nuez
de Adán, las manos tensas.
La repetición es tanta, es todo.
La repetición domina la sorpresa
y evoca otros tiempos de juventud.
LA VISIÓN, OTRA VEZ7
Ya no creo en lo que veo:
Monjas a caballo,
al galope fuerte.
Algunas, pocas,
únicas, en caballos
blancos, con y sin
montura, los vestidos
negros al viento,
el mismo viento
que me humedece la cara.
Dando gritos como moras,
beréberes, cosacos, cosacas,
circasianas bárbaras,
los rosarios centellantes.
Cargas de caballería,
junto al mar, sin espada,
con el plateado grito agudo.
Miro sin ver, soy Roudenko
acalorado, con nieve
en el pecho, negro
sobre blanco satén.
Canto con Stalin,
meciendo mi cuerpo.
Detengo los caballos,
pero los gritos siguen,
organizados, asombrosos en
su adhesión a ese ansiado ritmo.
Duermo sobre un cañon
hirviente de grandes ruedas,
cada disparo de hierro
es la epifanía del ver
y el escribir, entender cada
palabra dicha sin vacilar.
EL ROMANCE INGLÉS
(Continuación de El Futuro es Densa Niebla)
1.
La Vergüenza. Doma y redoma,
y se olvida. Es limpio recuerdo,
la insaciable memoria.
Son torrentes de morir de amor,
lluvias torrenciales, muertes
amorosas como lluvias torrenciales,
diluvios, humedeciendo los cabellos
rojos pegados sobre el rostro.
La desesperación como un ancla,
hundida, los encuentros furtivos
con labios tensos y los planes
submarinos de viajes, entre besos.
Anillos arrancados de los dedos,
pétalos blancos, rosados, húmedos,
con gritos de pasión perdida,
los clavos ardiendo. Abrazos
entre marido y mujer, duros
y blandos, recordando a Proust,
blando, envejecido, en Inglaterra
donde nunca estuvo, escribiendo
con una pluma de oro, en la boca.
2.
Los anillos vuelven a los dedos,
sin gritos, sin el té derramado
en la loza blanca y rota sobre
las piedras del jardín, planeando
los viajes (a Grecia, a Turquía),
sumergidos de amores, simples
y complejos amores. ¿Qué más
puedo hacer? -pregunta.
¿Poner mi vida en tus manos?
3.
En el tren la veo pálida
como una muerta, los clavos
fríos, helados, con el gran sombrero
de terciopelo negro, gris, ámbar,
y la tristeza en el rostro amplio.
Hay que vestirse de hombre-
dice. Vestirse de blanco, de mujer,
dejarse crecer el bigote color de zorro.
... (falta una estrofa).
4.
La pasión en el alma, es pétalo,
talismán y trofeo, hundiendo los dedos,
duros, tijeras de sabios movimientos
que producen gemidos en la boca,
y llorar (llanto ardiendo) desesperado,
clavo ardiente que es clave apurada.
Es la llave de los amores, la carta húmeda,
el camino florido entre las dos separadas.
Es necesario. Hay que ver lo que no está
allí, encadenado, unido en la terrible pasión.
Hay que arrojar los anillos contra el espejo,
olvidar la vergüenza y mirar crecer a los hijos.
(continúa)
(RARITÄTENKASTEN8)
Un Misterio:
Nadie me cree. Fui devorado
integro por caníbales en Borneo.
Luego reconstituido con limaduras
y residuos del sudor de sus miembros
y sus alientos de fuego.
Fue la gran pasión.
Mis despojos se mezclaron
con los de una esclava
rubia, de dientes perfectos,
italiana, robada por piratas,
amante de Don Juan. Sabía inglés,
poco, sólo dice "I was".
Nuestros cuerpos se fundieron,
y además del alma sacudida,
tengo lunares nuevos en la piel,
tormentas en el cuerpo,
electricidades desconocidas.
Para el observador ajeno,
no he cambiado nada. Soy igual. Igual
a lo que era antes de la gran pasión.
El Ritual:
Negra vestida de naranja tira miel
en el agua para cuidar mi salud.
Es hija de Dante y reinas de la India
y Madagascar, mis antepasados, sus sombras,
mis reconocidos, sus nombres, envueltos
en sedas finas son el gran octágono,
rodeado por el mar. Me enseña el pasado familiar,
me envuelve en velo rojo y oro, me pasea
por Montevideo inundado. Desnuda mis recuerdos,
el taburete del piano y la pierna junto al rostro
escuchando invenciones... Es ambigua como todas,
sea soldado galán o reina del disimulo.
AMORES DIFÍCILES
(Continuación de El Romance Inglés)
Una siempre vestida de color marrón,
claro, oscuro, avellana, gamuza.
La otra de gris, claro, limpio,
o de blanco, como una aparición
(una vez la vi de rosa y rojo suave).
Juntas, abrazadas, parecen el vientre
y la espalda fina del armiño de verano,
animal rapaz y movedizo, ansioso,
de mirada inteligente y sorprendida.
El gran amor dura poco, dos o tres años,
y sólo quedan joyas y ornamentos,
anillos de los dedos, pulseras del tobillo
y el brazo, la muñeca, collares, aros
cortos y largos, un espejo de mano.
Queda la brillantina para engrasar el cabello,
que crea esa cabeza lisa y reluciente,
un verdadero prodigio de amor. Los lápices
de sombra, el rouge oscuro de los labios,
la tabaquera, los guantes y las enaguas,
los olores, los secretos, tan ajenos
como el corazón de Cristo y su Madre.
La enjuta memoria. Una cinta celeste
... ... ... ...
el pañuelo blanco con su saliva,
el guante vacío. Recuerdo vergonzoso
reflejado hoy en su frente de ópalo,
como un disfraz del olvido.
(fin)
LOS FRAGMENTOS PERSONALES
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