EL LIBRO DE CITAS9
(Catorce poemas de 1990-1993)
LA RODILLA
1.
Opera curiosa, rincón viviente
junto al seno grande como una cabeza
de varón adulto, mentón apoyado
sobre ese ángulo perfecto,
rodeado de grandes manos.
2.
Cuerpo único
aterrador umbral
secreto y oscuro.
Ombligo visible,
pies en la tierra,
y los secretos exhibidos
a todos los ojos.
Extraño lugar, blanco.
Es el fin del pensamiento,
contacto airado
irritado de roces,
el hueco de axila pasajero.
LA TELEVISIÓN
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Homenaje a Louis Feuillade
|
1.
Veo leones de ojos luminosos
en la noche eléctrica
cargada de relámpagos,
estrellas volantes,
y deseos sin cumplir.
(Inspirar confianza y orgullo,
esa es la función de esos cuerpos,
desnudos, blanquísimos, sin penumbra).
2.
Es otro mundo, que no existe,
que desapareció con la guerra
y los príncipes polacos,
en sus cortos veranos, creyendo
en el poder de la caballería,
gloria de la seca pradera. Y evocan
los mitos y las paradojas de la paz.
3.
Un terrible hombre o mujer envuelto
en gasas, con amplia capa de lluvia,
aterido en el aire frío,
reflejado en la luna diurna, flotando,
como ahorcado de un árbol,
sufriendo en el suelo, fruto
de la caída. Son los andróginos del desierto.
4.
La mujer blanca como una piedra de río,
ofrenda de los antepasados.
Cabellos negros, largos, independientes,
que son parte del bosque.
Sólo las sorpresas salvan.
Oigo toser en el desierto,
el desolado lugar sin habitantes.
LA MUERTE DE STALIN EN 1963
Ayer:
Brazos sobre el pecho,
cruzados, la mirada extinta
en esos pequeños ojos violentos,
secretos como el alma del rey
negro. Mudos como la mirada
del mandril, como el robo
de manuscritos y el alma de Gorki
en la memoria de mi infancia.
Hoy:
Muslos como blancos nabos
bajo una falda marrón,
oscura, hecha de tela
de uniforme militar,
de soldado de guerra
perdida. Es el único recuerdo
de toda esa gran obra,
de todas las mujeres,
de la gran biblioteca
en mi casa de niño. Muslos
con la imaginada blancura
de esas raíces que crecen
bajo la tierra. La nueva pasión.
Como una señora seria,
Ibsen se traga la lengua
de susto.
UN MISTERIO DE LA VIDA ADULTA
Navegadora, la mujer ballena
mamífera de los océanos
me persigue por la gran ciudad
fuera de su elemento, blanca,
desorientada, oliendo a salitre,
enorme sombra del aplauso
consentido y ceremonial.
Monumento viviente,
desconocido para el caminante,
que vive de la adulación
y de las coincidencias.
Se envuelve en flores
y el espíritu de conquista
la domina. El mundo
sumergido es su esfera.
Lo único que puedo hacer
es luchar en ese duelo,
como la Divina Sara,
las espadas desnudas,
los pechos jadeantes.
Vive triste y desordenada
en su enormidad, rodeada
de recuerdos, dedicatorias,
tatuajes secretos, hierbas
del campo en los pliegues.
Mi blanca camisa abierta
y el alma en mi pecho,
temblando de emoción,
son las ofrendas infantiles
a ese airado recuerdo.
LA EXITACIÓN DE LOS PREMIOS LITERARIOS10
|
Se restableció al discernir en una
muchedumbre de paseantes la única
doncella morena de Venecia.
José Antonio RAMOS SUCRE
|
Escribo desde el suelo
vienés de Praga oculta
y polvorienta, sin pausa
Mis memorias me traicionan,
aparecen recuerdos nuevos,
nunca vistos. Ajenos,
pero con una intimidad
conocida, familiar y urgente.
Como Kafka en italiano,
cargado de comentarios
con la voz estrangulada,
aguda, molesta. Son ecos
bajo los puentes, resonando
de rebelión rabínica,
presagio de carne profanada.
Veo dos blancas rodillas
en la penumbra, la sombra
de Camila, reina de mis campos.
Tengo ahora una nueva familia,
desmesurada. Soy el hijo
de la Reina de Prusia.
Soy el Rey de Sajonia,
brillante pájaro isleño,
amante de la Princesa Rusa.
Vivo comprimido y feliz,
como el remero en el bote
de cuatro o de seis,
activo como un resorte, sudoroso
y agotado. Contemplo los estados
generales. Recuerdo el día, el triste
día, cuando la inspiración me abandonó
y los recuerdos ajenos me invadieron.
UN JUEGO MAGNÍFICO
1.
¿Porqué no hay más escritura?
¿Escultura? ¿Misivas? ¿Estuches?
¿Escurridizas sensaciones? La necesidad
cotidiana desaparece y la escritura
se ahoga. La única manera de aprender
es la lectura sin texto, la lisa escritura.
Religare en nosotros como simplificar
la lengua, que es instantánea sorpresa.
La Máquina de Vapor, el Caballo de Vapor
desenfrenado en nuestro pecho, paisaje
rural de verdes praderas, descansando
en mis espaldas, sostenido por mis huesos
como la escena de un teatro, bisturí,
lupa de sueños del poeta rural. Es
la transformación instantánea, La expresión
de algo, una emoción, los paisajes, el Centro.
2.
Los objetos llueven del cielo. Ochenta y tres
lenguajes. Eso produce el riesgo y el resultado,
el efecto y la eficacia. Como un sueño, todo llueve
del cielo. Las utopías, los silencios. El serio mirar
es ver las calles, los ojos rojos, la reflexión
o el reflejo, es La Vanguardia japonesa en todo
el universo, indiferente. Violencias y desastres
claros, Descartes desorientado en su cielo. ¿Qué tenemos
delante? ¡Piano Fuerte! Into the night, saltos de bailarín,
heroicos, repetidos, la imagen del agotamiento. Cada uno
camina como puede, dice. Sin distracción, en la pradera,
con Bulgakov sentimos la sustancia como virtud.
SUAVES IMÁGENES
1.
Negra mujer adulta
en pañales, olvidadiza
de su cuerpo, uñas
rojas como las flores
del ceibo (la ceiba), comiendo
almendras con desesperación.
Un cuerpo lustroso de sudor oriental
desfalleciendo en el lecho, su vida
es el nudo de enfermedades.
2.
La marinera vestida
de blanco, en posición
de descanso, piernas
separadas, las manos
detrás de la espalda.
Larga espalda como Alpes
nevados y limpios,
en vertical insignia.
Su fundamento es estéril,
sin olor, de labios finos,
crueles, transparente
y amanerado monóculo,
con toda la contemplación
de las vanguardias
en Ginebra. Tristán
de las marinas, fuente
de aguas en Suiza.
Los tobillos fulgurantes
en su tensa posición,
son campos de hierbas
verdes pero desconocidas.
3.
La actriz del cine,
alta como un granadero,
cara de gran caballo
desenfrenado de amores,
que me hace temblar
al verla. Senos como
puños retorcidos,
casi sin movimiento.
Los brazos en cruz,
cada pierna una orquesta
completa tocando su música
con intensidad.
Todo su cuerpo, cada surco hace
el juego aristocrático
del blanco suburbio americano.
Lucha de clases la pierna,
frontón la mano grande y un orgullo
nacional agranda su seno.
LOS AMORES
La toilette en el tren,
ordenando los cabellos
con los dedos. Pequeños
movimientos muchas veces repetidos,
usando la ventana como espejo,
cerca de la medianoche,
antes de llegar a destino.
Una, dos, cincuenta veces.
Delicados toques,
cabellos vivientes,
ojos anhelantes
buscando el resultado.
Luego los amoríos
bajo la caja de la escalera,
en la casa vieja con su mundo
de ruidos, crujidos y madera.
Eran mis esperados amores suburbanos.
JAMES JOYCE
1.
Un mueble me habla,
es el discurso del zapato
en Trieste. Todo me amenaza:
un hombre de bronce,
una vaca para cada uno,
los estados sin religión,
(ese mal necesario).
Abanico en mano,
vengo a penalizarte.
La emperatriz me pisa,
camina por mi espalda,
vestida de seda,
los bigotes en punta
cuidadosamente esculpidos.
Abandono las ropas de hombre
cuando una niebla cubre al mundo.
Las rodillas desnudas, contra el suelo,
blancas, en silencio. Como el tigre
traicionado por sus amigos, el texto,
toda la vida ante sus ojos,
y una identidad perdida corre.
2.
Bailar con el brazo muy levantado,
el pliegue al aire,
es lo más hermoso.
Soy el hijo de Bloom
dice la voz, susurra la voz
de la imagen materna,
arrepentido como una hiena,
apenas respirando.
Las visiones de la verdad
luminosa nos hacen temblar. El hijo
preocupado por la inmortalidad,
marcha como un soldado hambriento.
Pensando en cómo se cuenta
la historia, the story,
desde el lecho
de la concepción.
3.
Llega un terrible cansancio
después de haber viajado,
dormido entre las sábanas,
besado los frutos, el pez
cubierto de sabores.
Acabar es llegar.
Es siempre la flor de la mañana
y es la llave perfecta
de la temible cultura.
En voz baja. Dos cuerpos
separados en la madrugada.
Mensajera de viejos tiempos,
es la rumba. Es la obsesión
que le empuja a creer
en la identidad de Occidente.
LA VIDA LATINOAMERICANA
(Fragmentos de Tres Poemas Didácticos)
Primer Poema: El Ajedrez
El negro juega con las blancas
y el blanco con las negras.
Dos actores blancos hacen el papel
de la víctima, uno de blanco
y el otro de negro. El negro
de cara blanca y el blanco
de cara negra. ¿Puede ser cierto esto?
España blanca y negra,
el negro mar, el negro corazón,
el negro pan, muslos blancos como el pan,
la blanca luna, la perla blanca,
madreperla, jade, caoba y jacarandá,
hule y carey, el colorete y la enagua.
Es el Caribe. El blanco mar de los griegos.
Hoy este lenguaje nos lleva de la mano
porque quiero ver todo.
Segundo Poema: La Vida Muy Peligrosa
El drogadicto cubano
en Cuba, sufre mucho.
Es niño blanco
de larga barba negra.
El pecho angosto
cubierto de pelo,
como una piel animal.
Guevara negro tatuado
en el brazo blanco.
Pelo afeitado, tallado
para dibujar el rostro
de San Nicolás,
santo prohibido
vaticano, en manos
de los negros herejes
protestantes, marranos.
Pepe Lípido es su nombre.
Suda, sufre,
escucha Albinoni,
insoportable y repetido,
se pinta los labios.
Pintado de nubes,
lee a Camus fumando
y dirige el tránsito
en La Habana soñadora.
Es un policía transparente,
un soldado arcángel,
con arcabuz y bordados de seda.
Además de sus partes
lleva ovarios, cientos,
mezclados con sus riñones.
Siempre dice los mismo:
El pubis de la mujer
es más hermoso
que el pubis del hombre.
Nadie puede negar eso.
Y "Flor" es nombre
de novia, muslo de cubana
en mis sueños.
Ocurre un gran portento:
Escucho a una cantante
andina con cara de burra,
tiene pelo amarillo, pies grandes,
altos tacones y zapatos de mala forma,
con esas eróticas pulseras
sobre los tobillos, la pierna oculta.
Es muy atractiva y excitante.
Distrae mi pena, pero mi amor es
Solange Lisboa la novia del otro,
la que se fue a Sao Paulo, la
de los pájaros en el cuerpo modernista.
Lo que nace torcido muere torcido,
dicen en esa casa, que también es
tierra de las infantas de la nuez.
Tercer Poema: Un sueño
Terribles tormentas
en las costas del Plata.
Una cantante enmudece bruscamente.
La orquesta sigue tocando
pero ella no puede cantar.
Ha enmudecido. Los teléfonos
suenan insistentes. Perfidia
nunca vista. Es otro portento,
en el mudo Uruguay . Le obligan
a cortarse el pelo con tijera.
Esa es la prueba para su temple
y debe hacerlo, olvidadiza
de pudores. Ama brillantina y esa
es la ley de su tragedia. Seis tormentas
eléctricas caen sobre el cuerpo
desnudo de la niña, sus budineras
y ese pequeño país de lana blanda.
Sus piernas arden luminosas, las almejas,
los mejillones se electrizan, humeantes.
Pero a nadie le interesa ya la historia
de un pilar de angustia. Olvidada va.
EL HONOR OFENDIDO
(En Cinco Partes)
1. El ensueño:
(Imaginar la antigua ciudad de Lisboa
desde México y soñar con un río brumoso).
A cualquier cosa me obligo
porque amor es rey. A los terribles amores,
al incendio de la cabaña de la amada
(el amor quema cabañas). Doña Ana de Ulloa
me persigue enardecida, el deseo
se va tras de sí. Busco la palabra precisa.
Digo -Para no verte tanto- Luego callo.
2. El castigo:
Flores del mal sin perfume,
al ladrón se le corta la mano
que ofende. Hoy el deseo es siniestro,
es blanca sabanilla de altar.
¿Porqué me envuelves así,
mi adversa fortuna?
3. El rapto:
Aún más hermosa,
dice sí con los ojos,
es la gran rosa de los vientos.
Nos miramos a través del salón,
el salón criollo en España
y nos escapamos en transatlántico
de hermosas maderas y cuatro chimeneas.
Espero junto a las puertas
del camarote, acariciando la caoba,
tocándome los labios, a la Reina rubia
vestida de azul y muerta de sueños.
El aire marino enmarca la emoción,
me rapta como tromba y me hace astillas.
4. La espera:
Día odioso esperando a Eva Farewell,
mi Mona Lisa la llamaban, pilar de angustias.
Es el amor no correspondido
que sacude continentes.
5.Como reconocer a la falsa monja:
La falsa monja da pasitos cortos
como japonesa. La falsa monja
no tiene olor propio. Se lame el labio
superior de una manera especial.
El que lo haya visto una vez
no puede olvidarlo jamás. Viento abajo
de la falsa monja se siente extraño perfume,
fuerte y fresco como el de esas ancianas
muy arregladas que habitan en Nueva York,
retiradas de la vida, con su carga de pecados.
La falsa monja no se depila nunca.
La falsa monja mueve los dedos de la mano
como nadie lo hace. Hay que fijarse en eso.
Si se meten dos dedos en la boca, suave,
el índice y el mayor, son falsas monjas.
THE LIPS ARE RED
l.
Esta gran ciudad
atrae a dos clases de mujeres:
las de labios finos
y las de labios gruesos.
Algunas nacen aquí
y otras vienen de lejos,
pero caminan las calles
como reinas, dueñas y señoras.
Su cercanía es evocadora,
su perfume es especial.
Sólo por el perfume
se las puede ver
con los ojos cerrados,
ciego al mundo. Llega el perfume
sabio y preciso
y decimos: -Labios gruesos.
Abrimos los ojos
y es verdad, el perfume
no engaña jamás.
Otra aromática señal,
y a ojos cerrados decimos:
-Labios finos, y es verdad.
Esto falla con una sola mujer
en el mundo, Cobra Woman
alias Marlene Boa, emperatriz
y señora de los Coloreados Trópicos
hermana de María Montez en la Sabana
y madre de mis siamesas.
2.
Bendecidas las naves esperan.
Vivo en el Adlon Hotel de Berlín,
rodeado de sombras juntas entrelazadas
en el techo, en la pared y en el suelo,
perfecta caligrafía de los cuerpos,
emocionadas imágenes
del más enardecido amor.
VERSOS PARA DOS MUJERES QUE NO CONOZCO
(En un rincón del Trópico, bajo la luz
implacable). Una muestra las buenas
piernas, los labios pintados de negro,
pies finos, y me hace ver el espacio
detrás de la rodilla. Nido
precioso. No soy capaz
de hacer daño a nadie. Soy asombro
y una mitad ignora a la otra.
Hago movimientos repetidos con las manos,
ausencia de propósito en el gesto.
Una hoja y su tallo entre los dedos
son el eje de la tierra
y dirigen su girar,
la voz suena pero no tiene sentido.
Ahora soy autista en Brasil
y vivo los años de oro. Miro
esa hoja y su tallo sin hablar,
espiando mis dedos ya ajenos.
Blanca como la nieve
cubierta de temblores
bajo la piel, es la otra,
revolución alba
en cada movimiento.
Una línea roja
bajo los ojos,
labios movibles.
Cabellos enrulados
y ágiles como peces,
bucles, alimentos humeando,
pierna en alto, seno pequeño
con una cereza fulgurante.
El pie inclinado,
el codo en ángulo
con el cuerpo, la espalda
simétrica, el tiempo
perdido en símbolos,
clister de los temblorosos,
azote de los tímidos,
la mujer que es león y egipcia
y médico y ninfa cortesana, un navío
de tres palos navegando en sus cabellos
de oro falso.
-Si estamos tan mal,
vamos a agarrarnos con pasión- dice una.
Aparecen las conveniencias. Esta palabra
sugiere un alto grado de adaptación
a la realidad que me rodea.
Me desespero. El azar salva.
-Vamos a bañarnos juntos.
-No quiero bañarme, no quiero comer,
no quiero moverme, no quiero caminar.
-Quiero casarme con el Rey de Inglaterra,
quiero casarme con el Rey de Portugal
y con el Conde de Flandes, el de Baviera,
elegida por Dios para ser madre de nietos.
-Sólo quiero ser feliz.
Aparece la tercera mujer de voz baja,
gruesa voz de hombre, piel tensa,
desorientada por culpa de su amor.
El padre de su hijo es fugaz imagen.
Pero aquí hay una cuarta mujer también,
la mujer de altos pómulos, ojos claros
y de pies perfectos.
Mujer de piel tostada como el oro,
deslumbrante junto a la piel blanca,
blanca como la leche. Piel de fruta blanda.
Haciendo gestos con los labios.
Sonidos que podría escuchar
eternamente, todo el día y la noche.
Miro sus gestos,
la ropa ajustada señalando
los espacios del cuerpo.
(Hombre y mujer en duelo a espada,
esgrima francesa con florete,
maravillosas evoluciones
que invitan a la desconfianza).
Los duelistas muestran la gracia
de sus certeros gestos.
Volvemos a la primera.
Gesto maravilloso
de quitarse unos pelos
postizos de la axila
que muestra enhiestos
con el brazo en alto,
como fin del patético monólogo
en la isla, irsuto de vacuas palabras,
mascullando palabras, con mal maquillaje,
ocultando la pierna perfecta
imaginada en su plena realidad.
Velo morado sobre el pubis.
El pecho humeante de vapores,
vapores nocturnos
de lejanas ciudades invernales
quemadas por los soles
de esos mundos tropicales,
el gesto deslumbrante
de arrancar el irsuto mechón
como signo visible de derrota.
Los hombres muestran las piernas, el pie
descalzo domina al mundo. Cubana plantada,
los dos pies en el suelo, los brazos en alto,
las piernas presentidas.
La Reina del Brasil, loca de amor,
erótica bailarina blanca
como el azúcar. La Dama de Cuba,
la oscura dama de raro color marfil, muestra
las rodillas rosadas. Ambas soberanas de la mar
atlántica, encerradas en una torre de piedra
como Juana La Loca, Reina de Castilla.
Iluminadas por la gran luz africana.
Ya han desaparecido de mi alma
y en paz me han dejado.
Ambas gritan: ¡Dios, no te ensañes conmigo!
Una atrae a la seriedad y la otra la repele.
LOS MISTERIOS DEL SEXO
La insaciable curiosidad natural
de la juventud sorprende al mundo
con sus caudalosas descargas.
Es el espejo de la risa falsa y la costumbre
de la mujer, cuando tocarse con mano sabia
causa asombro.
Desconfiar de mujer con uñas cortas,
son el terror de la familia cristiana.
Las de uñas largas no son de temer.
Las peores son aquellas que llevan cortas
sólo las uñas de los dedos índices.
No hay nada más temible
que la mujer que tiene uñas largas
pero lleva cortas las de los índices.
Cuando en la mano derecha
(si son diestras) o en la mano izquierda
(si son siniestras) el índice y el mayor
llevan uña corta, ¡el peligro es mortal!
Tienen la boca llena de navajas.
Hay que huir, correr, escapar.
Si es rubia natural, es más tierna.
Si es mujer de pelo negro,
¡mucho peor! ¡Madres, proteger
a las niñas de este peligro!
Soy un águila y vuelo muy alto
en el cielo. Mis ojos son perfectos
y veo las uñas de las mujeres
en sus dedos cilíndricos
desde el alto cielo,
como los muertos en su cuna.
LOS FRAGMENTOS PERSONALES
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